"No vale esperar a que los niños sean adolescentes para hacer lo que no se haya hecho antes". Entrevistamos a Marisa Casas

Os presento a Marisa, la mamá de dos adolescentes a la que muchos conocéis por su blog “Madres Estresadas". Por mi parte y gracias a esta entrada la estoy descubriendo un poquito más, y ahora sé que conecto con ella porque comparto algunas de las características con las que se autodefine, aunque puede (creo) que yo si que pudiera vivir sin whatsapp y twitter.

También me molestan los grifos que gotean, y tampoco miento a mis hijos; adoro conducir por carreteras secundarias y digo te quiero tres (o más) veces todos los días; pero envidio que le quepa el equipaje en media maleta (eso es ser práctica), y que se lleve la labor de punto de cruz consigo (porque las mías se marchitan en un armario esperando que algún día me decida a seguir).

Quizás la sigáis a través de tu cuenta de twitter, yo lo hago, pero aún así seguro que os gustan estas cosas que ha venido a contarnos… Para mí es una referencia, puesto que tiene hijos mayores que los míos, y me parece que está haciendo genial, así que bueno, puede ser una oportunidad para aprender.

Os dejo con ella.

Peques y Más.- Cuéntanos por favor cuándo decidiste crear tu propio blog, y por qué lo hiciste.

Marisa Casas.- Yo empecé como todo el mundo, con un perfil de Facebook y una página poco tiempo después, aburrida de una ciática en la cama, un familiar informático me dijo que les tenía hartos de tanto publicar, y que mejor un blog, y así estresaría a más gente.

Ya ni me acuerdo de qué hacía yo cuando eran bebés, y me pregunto si discutirán de letras o ciencias las que ahora hablan de teta o biberón

PyM.- Tienes dos hijos adolescentes, y en mi opinión eso te da cierto "caché", y como mínimo la experiencia de la que muchos carecemos. 

M.C.- Me veo metida en charlas de lactancia y la verdad es que hasta me da risa, ya ni me acuerdo de qué hacía yo cuando eran bebés, y me pregunto si discutirán de letras o ciencias las que ahora hablan de teta o biberón.


He aprendido mucho de bebés ahora que no me hace falta. Y me siento como en otra división, como me dijo una amiga… nosotras ya hemos visto esta película, y vamos por el final de la siguiente.

PyM.- Cuando nace el bebé casi ni piensas en que un día tendrá 15, cuando el niño tiene 6 crees que todo estará controlado en su adolescencia, pero cuando cumple 10 empiezas a temblar (es medio broma). ¿Crees que en general nos cuesta aceptar que ellos quieren tener su propia vida y tomar sus propias decisiones?

M.C.- Es que en el caso de los míos son ellos los que llevan la voz cantante. María elige su ropa desde que aprendió a hablar, Pablo también ha tenido muy claros sus gustos y sus prioridades, ha sido un poco seguirles en vez de dirigirles.

PyM.- Leyendo tu blog te 'veo' sensata, dialogante, pendiente de tus hijos pero a la vez dándoles libertad. ¿Qué madre ves en ti? ¿qué querrías cambiar de tu forma de ser madre?

M.C.- ¿Quieres que les pregunte a ellos? Soy dialogante, pero las normas las pongo yo, muy pocas, pero esas no se mueven, aunque algunas ya se las saltan, Pero el mérito de que esta casa funcione no es mío, mis hijos son demasiado buenos y demasiado responsables, de verdad que no sé a quién se parecen.

Creo que mi error es la sección comidas, comemos a la carta, ahora casi se lo hacen ellos, pero no he conseguido hacer unas lentejas y que los cuatro las comamos, y las cenas peor todavía.

PyM.- ¿Qué cosas dificultan la relación paterno filial cuando los niños ya no lo son?

M.C.- La falta de confianza y de diálogo. La falta de sinceridad, yo no les he ocultado nada, fuera bueno o malo. Asi que no les admito una mentira, pero porque no les he dicho ni una, excepto lo de los reyes magos y el ratoncito perez, he contestado a todo lo que me han preguntado como si estuviera delante de un juez.


También los diferentes puntos de vista del padre o la madre, si señoresposo dice blanco, es blanco, y punto, o si lo digo yo, y si no me parece correcto ya lo hablaremos cuando estemos solos.

PyM.- Ya sabes que en general los padres leemos mucho sobre la primera infancia, después de los seis o siete años la cosa cambia por muchos motivos. ¿Cómo crees que debe ser la presencia de los progenitores en la vida de un adolescente? Nada de apartarse y dejar hacer ¿no?

M.C.- Si les preguntas a ellos, seguro que te dicen que soy una madre muy plasta, hay que apartarse (pero poco), deben saber que siempre estamos ahí, que van decidiendo ellos, pero que si nos necesitan no tardamos un segundo en llegar a salvarles.


Soy la única de la pandilla de María que va casi siempre a por ella a donde haga falta, no porque le haga falta, si no porque esos momentos de volver a casa son mágicos, me cuenta lo que le parece de lo que han hecho, y yo le cuento mi día, me gusta hablar con sus amigas, traerles a comer en un porque si…. Dejarles hablar y reírnos…

Estas son las cosas que dificultan la relación paterno filial cuando los niños ya no lo son: la falta de confianza y de diálogo y la falta de sinceridad, yo no les he ocultado nada, fuera bueno o malo

PyM.- En tu opinión ¿estamos saturados de consejos y recomendaciones? ¿no vendría mal un poco de eso que podemos llamar seguir los instintos?

M.C.- Antes se funcionaba mucho más en familias grandes que ahora, siempre había abuelas, tías primos…. Cuando una mujer tenía su primer hijo ya había tenido cerca niños, había visto cómo se les da de comer, o si lloran por sueño, y los consejos venían de esa familia cercana, mejores o peores, eran los que siempre estaban ahí, pero ahora me temo que eso es más difícil y hay más de una madre que no ha visto un bebé hasta que no le dice el médico “mira qué guapo", entonces lo de los instintos no sé si sirve.


Hablo de madre, pero con los padres pasa exactamente igual, hay que tenerlo un poco aprendido para que el instinto responda.

PyM.- La adolescencia es una 'crisis' vital muy importante para todos (especialmente para los niños). Siempre hablamos desde la perspectiva adulta y me gustaría que nos dijeras por qué vale la pena vivir de cerca la adolescencia de los hijos.

M.C.- Es verlos pasar de ir de tu mano y decirles mira a ver si hay coches cuando cruzas; a que sean ellos los que te enseñen a cruzar al mundo 2.0 por ejemplo. También es descubrir que un día les enseñaste los números y ahora te dan lecciones de matemáticas, que saben meterse en la cocina y preparar la cena si te ven leyendo.

Creo que mis hijos no han pasado la etapa adolescente, Pablo tiene 18 años y le he visto crecer, pero no le he visto dudar, sigue siendo el mismo que a los cinco años quería aprender y enseñar lo que sabía a los demás, ha afianzado sus ideas, y nada más. María tiene 14, tampoco da la impresión de que vayamos a pasar ninguna crisis ni nada parecido.

De vez en cuando me fijo en compañero suyos con problemas en los estudios, o que fuman, o que presumen de haber vivido más y me asombro de ver a mis hijos y a sus amigos tan integros y tan responsables. Eso sí, tengo cierto miedo a su primer novio-a, de cualquiera de los dos, pensar que les rompan el corazón, me duele, y no sé cómo lo voy a afrontar.

De vez en cuando me fijo en compañero suyos con problemas en los estudios, o que fuman, o que presumen de haber vivido más y me asombro de ver a mis hijos y a sus amigos tan integros y tan responsables

PyM.- Y para finalizar (acabando en positivo), ¿qué actitud de un padre o madre facilita la relación con un hijo adolescente?

M.C.- No hay líneas divisorias, no tienes un niño y de pronto un adolescente, las bases de todo se ponen desde que nacen. Así que no vale esperar a que sean adolescentes para hacer nada que no se haya hecho antes. Hablar con ellos, de todo, desde que los primeros porqués, no ocultarles tus preocupaciones o tus logros hará que te cuenten los suyos.


En mi caso, odio los tatuajes, llevo desde que nacieron diciendo eso no se hace, no me espero a que me puedan decir que si se pueden hacer uno. Y es un tema sin importancia, así que con cosas importantes hay que ponerse las pilas desde que nacen para que ahora, que escuchan menos, no sea necesario hablarlo.

Sobre todo hay que predicar con el ejemplo, si tu no fumas, será más fácil que no lo hagan, si te ven leer, leerán, si cuando conduces y tienen dos años les dices lo importante que es ponerse el cinturón, cuando tienen 14 te lo dirán a ti si te olvidas.


Yo creo que llega un momento que ya no puedes opinar ni decidir mucho y llega el momento de respetar lo que decidan, si preguntan ¿qué hago letras o ciencias? Intentar que sean ellos los que se respondan, o si decides tu, ¡al menos que no se den cuenta!

Hasta aquí la entrevista, debo agradecer a Marisa su sinceridad, y la claridad con la que ha respondido mis preguntas. Por mi parte seguiré aprendiendo de ella, y me propongo dentro de unos años “confiar ciegamente en mis hijos" porque sean personas íntegras, como hace ella.

Creo que a todos los que tenéis niños a punto de llamar a la puerta de la adolescencia (una etapa rodeada de mitos y temores para los padres, y que sin embargo es el tránsito natural hacia la adultez, os habrá servido leer a esa madre enérgica, sensible y divertida que está detrás de “Madres estresadas".

Y ya puestos, deciros que Madres Estresadas también participa en la estupenda iniciativa #hayvidadespuesdelos6, que en mi opinión vale la pena seguir, especialmente si buscáis espacios en los que veros reflejados cuando vuestros hijos ya no sean bebés.

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