No dejes que tus hijos vivan una infancia desnaturalizada: ¡curales del Déficit de Naturaleza!

Si los niños no tienen contacto directo con la naturaleza de forma habitual, es posible que desaparezca parte de la curiosidad innata que tienen hacia el entorno, y voy a ir más lejos… puede incluso que se desprendan de la empatía asociada a nuestra condición de seres humanos, y nos lleva a preocuparnos por la protección de especies animales y vegetales.

Y tengo que puntualizar que no vale el contacto con la Naturaleza a través de manuales de consulta, juegos de granjas virtuales, o colecciones de muñecos representando animales de la Sabana

Pero la falta de Naturaleza no sólo influirá en sus actitudes (y por ende en sus comportamientos), sino que puede desembocar en estrés, obesidad, dificultades de aprendizaje, depresión, problemas con la sociabilidad, etc. De hecho, el autor Richard Louv, ya acuñó en su libro ‘Last Child in the Woods’, el término ‘déficit de Naturaleza’, que se produce al apartar a nuestros niños del mundo natural, y obligarles o permitirles que pasen más tiempo encerrados que al aire libre.

Con las mejores intenciones del mundo (o quizás no) los adultos nos hemos afanado a construir un mundo ‘perfecto’ para los más pequeños (parques con el piso cubierto de goma que apesta, patios de colegio en los que no se ve ni un árbol, casas con toda la tecnología para que no se aburran…)

Y nos hemos olvidado de lo esencial: una persona no puede desarrollar todas sus capacidades (y más aún: muchas de las que necesitará en la vida adulta) si no experimenta, toma contacto con el mundo natural, observa, curiosea, se aleja de la vista de los mayores, etc.

Parece que sufrimos de amnesia cuando nos invade el miedo irracional a que tengan un accidente trepando por una ladera que para nosotros hubiera sido ridícula. Y en cambio no nos da miedo ensuciar su inocencia, encubrir sus emociones, alejarles de su verdadera esencia, permitir que presencien escenas ‘imposibles de asimilar’ en la pantalla.

Voy a sacar a mi hijo a que le dé el aire

Por suerte no hemos olvidado del todo lo beneficioso que fue para nosotros el juego al aire libre, el contacto con ‘lo natural’, las relaciones espontáneas con nuestros iguales, la satisfacción de no tener que volver a casa más que a por la merienda, ‘el resto de la tarde me la voy a pasar jugando’.

Peor aún será que nuestros hijos obvien definitivamente esta necesidad con su descendencia: a muchos no les será difícil, porque habrán vivido una infancia desnaturalizada. Entonces no sé cómo se las van a apañar las generaciones venideras para mantener su propio bienestar y el del entorno

Entre las situaciones absurdas que se pueden producir al sustituir experiencias por juegos virtuales, Naturaleza por paredes de ladrillos, está el estudio realizado en Inglaterra en 2002. Cuenta Louv en su libro que según los resultados, los niños de ocho años podían identificar más fácilmente a los personajes de Pokemon que, por ejemplo, a un escarabajo, una nutria o un álamo.

De ahí al desprecio por otras especies animales, no hay mucho trecho, porque el desconocimiento lleva al interés, este a la falta de respeto (por miedo, por no saber…).

Los niños dicen que se aburren

Es una queja generalizada que vengo escuchando en boca de los padres últimamente. Pasan tanto tiempo encerrados y jugando a pantallas que nada parece sorprenderles. Pero si les ‘forzamos’ (en el buen sentido de la palabra) a observar y curiosear, encontrarán mil motivos para permanecer en el exterior.

No caigamos en la tentación de sacar la tablet del bolso al primer ‘me aburro’ – de hecho no entiendo por qué deberíamos llevarla - , si se aburren que piensen en algo que hacer, o que se aburran de verdad, porque no es tan malo como piensan (y pensamos). Si se aburren que dejen de aburrirse y suban a un árbol, o inventen una persecución escondidos en la montaña, o que sigan el rastro de las hormigas hasta la comida, o que descubran que ‘eso’ que camina no es una cucaracha sino un escarabajo (porque a las primeras no les gusta la luz, como a Drácula).

Según Louv, la educación basada en el medio ambiente mejora considerablemente el rendimiento escolar, estimula la creatividad y proporciona una mayor habilidad en la resolución de conflictos, pensamiento crítico y toma de decisiones

Los niños tienen ‘Derecho a tener Naturaleza’ aunque no lo manifiesten

Y atender este derecho no es sólo acompañar las necesidades de los niños, también es mostrar un respeto por el entorno, y una voluntad de cambio. Se sabe que los grandes Naturalistas, lo han sido entre otras cosas, por haber disfrutado de una infancia en contacto con la Naturaleza.

No es que todos nuestros hijos estén destinados a ser Naturalistas, pero este contacto es muy beneficioso para su desarrollo: facilita el ejercicio físico, la capacidad de concentración, la socialización fuera de estructuras regladas, la imaginación.

Y lo contrario puede desembocar en problemas de salud como los que estamos observando en los últimos años. Y si hemos mencionado más arriba problemas como la obesidad (y otros), es preciso rescatar la idea del neurocientífico Jaak Pankseepp, según el cual incluso una sintomatología como la del TDAH, podría deberse al exceso de sedentarismo y la falta de juego espontáneo al aire libre.

Es un tema que todos debemos replantearnos, sin buscar responsabilidades en los más pequeños (‘no hay manera de que mi hijo quiera dejar la videoconsola’, y digo yo ‘¿por qué tanta permisividad?’ ¿por qué la incapacidad de limitar actividades que en exceso resultan tan insanas?).

¿De quien depende que los niños tengan más contacto con la Naturaleza? ¿Verdad que ellos no tienen posibilidades ni autonomía para desplazarse solos? Entonces llévales al río o a esa fuente natural que conoces, apuntaros a la excursión nocturna que organizan por las fiestas locales, sacúdete la pereza y prepara unos bocadillos para ir a visitar ese centro de recuperación de tortugas que conoces… ¿qué se yo?, hay centenares de posibilidades. Búscalas, y practícalas regularmente.

Imágenes | U.S. Department of Agriculture, Miguel Pimentel Vía | El Mundo, Fundación Roger Torné En Peques y Más | Un acercamiento a la naturaleza con el Taller de Aves Urbanas y el Club de Amigos de las Aves, 'Más tiempo en la calle con los amigos y menos frente al ordenador' para prevenir la adicción a Internet, Precauciones a tomar durante nuestras excursiones con niños por la montaña

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