Alergia solar: definición, síntomas y consejos para proteger a los niños

La alergia solar se define como una reacción vascular superficial a la luz solar o a la luz ultravioleta en individuos susceptibles a la misma. Según la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC), este tipo de alergias corresponde a diferentes procesos cuyas manifestaciones son variables, ya que pueden aparecer de forma inmediata o tras un período más largo de exposición.

En la urticaria solar los síntomas aparecen al poco tiempo de la exposición solar. Principalmente la piel se enrojece y aparecen ronchas dispersas, que desaparecen normalmente, tras unas horas al cesar la exposición al sol. En las reacciones fototóxicas, lo primero que se manifiesta, es una quemadura solar exagerada, que afecta a las áreas de la piel expuestas. Son reacciones inflamatorias que producen lesiones cutáneas. También aparece picor, quemazón, hiperpigmentación (manchas en la piel) y si la reacción es muy intensa, incluso ampollas. Suele mejorar al cabo de una semana aproximadamente.

En las reacciones fotoalérgicas, lo normal es la aparición de ronchas tipo eccema que pueden persistir varias semanas. Las exposiciones posteriores al sol, van a desencadenar nuevamente lesiones en las primeras 48 horas.

Para evitar la aparición de estos tipos de alergias o de intolerancias en la piel de los niños, debemos seguir unos consejos y unas medidas de protección básicas.

Lo primero y más importante, es acudir al especialista en cuanto aparezca alguna reacción alérgica, para que nos diagnostique y nos dé un tratamiento especifico para nuestro caso. También es del todo imprescindible, usar crema solar infantil con índices de protección elevados e hipoalergénicos, incluso los días nublados o aunque estén los niños en la sombra. Estos protectores deben aplicarse como mínimo 20 minutos antes de la exposición al sol y debe repetirse su aplicación tras los baños en la playa o piscina.

Se debe evitar poner a los peques colonias y procuar que permanezcan al sol poco tiempo y que cuando se expongan a él lo hagan de forma progresiva. Es importante saber algunos medicamentos que toman los niños, como por ejemplo, los antibióticos pueden causar reacciones de fotosensibilidad, por lo que ante la duda, lo mejor es preguntar al pediatra.

Los peques deben utilizar gorros y prendas de ropa que les protejan del sol. Un último consejo es intentar evitar que se expongan al sol entre las 12:00 y las 17:00 horas porque son las más intensas de sol en verano y en las latitudes de España.

Con estos consejos, los niños disfrutarán de la piscina o la playa con mayor seguridad.

Imagen | Pam Broviak

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