Las mejores nueve novelas sobre la maternidad

Ser madre ha sido un tema recurrente a lo largo de la literatura. En ese acto sublime que encierra nada menos que la supervivencia de la humanidad se han inspirado no pocos escritores; cada uno, desde una óptica distinta. Ser madre es un privilegio y un sacrificio; una responsabilidad suprema, un placer y, por qué no decirlo, en ocasiones también un castigo, como veremos a lo largo de esta lista. Os traigo aquí algunas de las novelas en las que, a mi parecer, mejor se ha representado el papel de la madre en distintos momentos y ante muy variadas situaciones.

‘Mamá’, de Glòria Vives

A veces la novela gráfica me da grandes satisfacciones —otras, no tanto—, pero hay que reconocerle a esta que firma Glòria Vives su capacidad de identificación. Secuela natural de 40 semanas. Crónica de un embarazo, en esta novela su autora cuenta con un espontáneo sentido del humor no solo los primeros años de crianza de sus hijas, sino también el cambio radical que supone la existencia de un bebé en tu día a día. Aunque la sensación general al leerla es positiva, no cabe la menor duda de que esos momentos en los que no puedes ni atender el teléfono o quedar con amigos a causa de las necesidades de tu pequeño están también en la agenda de una madre… y no siempre lidiamos bien con ello.

‘Tenemos que hablar de Kevin’, de Lionel Shriver

Rodeada de polémica —hay una excelente película basada en ella y protagonizada por Tilda Swinton—, esta novela ahonda en la viciada relación entre una madre y su primogénito, que muestra signos de maldad desde su más tierna infancia. El debate que, creo yo, trata de abrir Shriver en este thriller tan duro como necesario, es el de hasta qué punto esa crueldad que arraiga en su hijo es innata o tuvo ella algo que ver por no haber sabido amarlo como merecía. Estructurada en cartas que la madre escribe a su marido, la novela va avanzando a base de flashbacks que arrancan en el comienzo del romance entre el padre y la madre y terminan con un hecho trágico que cambia la vida de sus protagonistas.

‘Anna Karenina’, de León Tolstói

Este clásico de la literatura aborda la maternidad desde un punto de vista dramático: Anna Karenina, la protagonista, casada y con un hijo, se enamora del conde Vronski. Ambos se convierten en amantes y ella termina quedando embarazada de este. Aunque el proceso del embarazo se le obvia al lector, hay un momento crítico, justo en el parto, en el que Anna contrae fiebres puerperales y está a punto de morir. Este momento doloroso en el que ella, que ha querido pero no puede amamantar a su hija, unido a la separación física de su hijo mayor, que tuvo con su marido, cuando decide huir con su amante, muestran a una Anna Karenina doliente en su papel de madre. Más allá de esta línea argumental, te recomiendo leer esta obra maestra si no lo has hecho ya.

‘La madre’, de Máximo Gorki

De la Rusia zarista a la Rusia bolchevique: Máximo Gorki fue uno de los máximos exponentes de intelectuales adheridos a la revolución. En La madre el contexto histórico tiene mucho sentido, porque Pelagia —que así se llama la protagonista— asiste a la evolución política de su hijo: primero, como mera espectadora y reacia a los potenciales peligros que acechan a este y que ella misma ha vivido en primera persona —ha sido una mujer maltratada por su marido—; después, como testigo amable y, finalmente, como activista que se implica hasta el final en la causa que defiende Pável, la sangre de su sangre, y como madre total —acoge a todos los compañeros de Pável como hijos propios—. La maternidad como defensa a ultranza del hijo, aunque ciertamente teñida por cuestiones políticas, es el tema que aborda Gorki en este libro escrito en la cumbre de su producción literaria.

‘El club de la buena estrella’, de Amy Tan

Cuatro mujeres chinas emigradas a San Francisco se reúnen regularmente para jugar al mahjong y disfrutar de platos típicos de su gastronomía, mientras ven resignadas cómo sus hijas, ciudadanas americanas de pleno derecho nacidas en EE. UU., se han adaptado perfectamente a la vida en el país que acogió a sus madres. Esa brecha generacional madre-hija agudizada por el cambio de país y de costumbres la retrata perfectamente Amy Tan en un relato de tono amable, en el que una representante de la nueva generación tendrá que entrar por fuerza en el ambiente de su ya fallecida madre para sustituirla y vivirá una especie de viaje interior emotivo y sorprendente.

‘La casa de Bernarda Alba’, de Federico García Lorca

Cierto: La casa de Bernarda Alba no es una novela, pero pocos escritores han logrado dotar de tanta personalidad a una madre como Lorca. Si en Yerma nos presenta a la madre que no puede serlo por imposibilidad biológica y que sufre por ello, en esta obra dibuja a la perfección a la madre castradora y dominante, capaz de encerrar a sus hijas para evitar que se relacionen con hombres. Ese carácter fuerte, agresivo, casi de patriarca, marca, y cómo, el destino de sus hijas.

‘Un árbol crece en Brooklyn', de Betty Smith

La madre como sostén de toda una familia: esa es una de las ideas troncales de esta entrañable novela, que gira en torno a la vida de una familia de inmigrantes de estrato social bajo en el Brooklyn de la década de 1920 y con el sueño americano como telón de fondo. Francie Nolan, la protagonista, crece rodeada por un padre demasiado apegado a la bebida y por una madre fuerte y valiente. Este personaje, el de la madre, es probablemente uno de los mejor dibujados en una historia que, como dice nada menos que Paul Auster, ha sido injustamente olvidada. Con un sabor a gran novela americana y, contra lo que se prevé, muy alejada de la ñoñería a la que podría escorarse un material literario como este, Un árbol crece en Brooklyn ilustra esa madre coraje como pocos.

‘Beloved’, de Toni Morrison

La ganadora del Nobel Toni Morrison creó en Beloved una historia durísima que se mueve entre lo verdadero y el realismo mágico, en un mundo en el que aún existían los esclavos. Su protagonista, Sethe, huye de ese mundo junto a su pequeña Denver, pero las atrapan y entonces ocurre algo que desencadena la tragedia y que transformará por completo su vida. La dominante y a la postre catártica relación madre-hija es solo uno de los componentes de esta magistral novela que muchos calificaron como la mejor ficción literaria estadounidense en décadas.

‘Paula’, de Isabel Allende

Uno de los mayores miedos de una madre, ver enfermar y morir a su hijo, es el asunto central de esta novela que, en realidad, es autobiográfica. En ella, Allende relata, al pie de la cama del hospital en el que agoniza su hija Paula, todas las vivencias que la han convertido en la mujer que es. Paula enfermó gravemente a causa de la porfiria que padecía y entró en un estado de coma del que no salió nunca más. Falleció exactamente un año después, en el hospital de Madrid en el que ingresó. Esa dedicación absoluta de la madre a su hija enferma nos trae la que, probablemente, sea una de las visiones más desgarradoras de la maternidad literariamente hablando.

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