La remolacha es rica en hierro, mineral muy necesario durante el embarazo, pero además es una gran fuente de ácido fólico, que ya sabemos que colabora en el adecuado desarrollo del tubo neural del feto, sobre todo durante las primeras semanas del embarazo. En caso de preeclampsia o hipertensión durante el embarazo, puede resultar contraindicada, por lo que deberá consultarse con el médico. Entre algunas de sus virtudes, se encuentra además el moderado nivel calórico, que la hace apta para las dietas de control de peso, su alto contenido en fibra que favorece el tránsito intestinal, el aporte de yodo, que favorece el funcionamiento de la glándula tiroides, el potasio y el sodio que son necesarios para transmitir y generar el impulso nervioso, etc.
Su consumo se puede adaptar a diversas elaboraciones gastronómicas, en zumos, ensaladas, sopas, purés, como aperitivo e incluso como guarnición. ¿Cómo prefieres disfrutarla tú?
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