La siesta en el embarazo: el descanso más preciado

Desde el momento de la concepción, el cuerpo de la mujer pone en marcha un complejo mecanismo hormonal para albergar y nutrir una nueva vida. Aumenta el volumen de sangre que circula por sus venas y también aumenta el pulso, para que lo entendáis mejor, su organismo pasa a funcionar a marchas forzadas, por lo que también necesita un mayor descanso para recuperar las energías gastadas.

Si a esto le sumamos el cansancio que experimentan algunas mujeres en el embarazo, especialmente en las primeras semanas, y el peso de la tripa que va en aumento, la siesta en el embarazo sabe a gloria, se convierte en el descanso más preciado.

Los días pueden llegar a ser muy largos. Trabajo, compromisos y quehaceres que no acaban, haciendo que el fin de la jornada se vea como una meta que nunca llega. Lo más recomendable, siempre que se pueda, es echar una siesta a mitad del día para reponerse y recargar las pilas necesarias para llegar al final del día.

Un estudio sociológico sobre vitalidad y Nutrición en España realizado por Zespri revela que un 82% de las embarazadas asegura sentirse con más vitalidad durante la primera parte del día, especialmente en el horario de 9:00 a 13:00 horas, donde se registra un 72%, porcentaje muy superior al de la población general, que se sitúa en el 58%.

La siesta es algo muy typical spanish. ¡No nos quitéis la siesta! Pero lo cierto es que en el día a día se hace difícil al menos echar una cabezadita después de comer.

La mitad de las encuestadas asegura que suele echar la siesta después de comer al menos una vez a la semana. De ellas, solo un 14% lo hace a diario y un 28% dos o tres veces a la semana. De hecho, las mujeres embarazadas lo hacen con mayor frecuencia (dos o tres veces a la semana) que las que no están embarazadas. Asimismo, el 28% afirma no dormir la siesta habitualmente y solo el 8% no lo hace jamás.

El descanso en el embarazo es muy importante. Ten en cuenta que el bebé recibe nutrientes a través de tu flujo sanguíneo y además de llevar una alimentación variada, practicar ejercicio y mantener el estrés lo más alejado posible, el descanso también contribuye a un embarazo sano. Si estás descansada, mejora el flujo sanguíneo optimizando la llegada de oxígeno y nutrientes al bebé.

Por tanto, busca un ratito para descansar a mitad del día. Procura dormir una siesta de entre media y una hora en un sitio cómodo, idealmente sobre el lado izquierdo para facilitar la circulación, o descansa en el sofá con las piernas en alto, o al menos tómate un respiro en tu día laboral reduciendo el nivel de ruido y practicando alguna técnica de relajación.

Foto | Thinkstock 
En Bebés y más | Molestias en el embarazo: cansancio y sueño

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