Niños que no van al cole

El fin de semana pasado fui a conocer a las personas que forman parte de ALE, la Asociación para la Libre Educación en España. Se reunían en un precioso albergue en el Mar Menor y como desde donde estoy no me pilla lejos, decidimos acercarnos. Además de hablar con padres y madres que educan de forma responsable en sus hogares pudimos conocer a niños que no van al cole.

La experiencia fue maravillosa. En el centro llegaron a juntarse casi cien personas y la mitad eran niños: desde un bebé de dos meses hasta muchachotes que me sacaban una cabeza.

Lo pasamos muy bien y pude informarme directamente de los objetivos y acciones de esta Asociación, que pretende que la educación en el hogar sea reconocida formalmente en España conforme a las directrices de nuestro texto Constitucional, la experiencia de los países del entorno y las sentencias que han avalado hasta ahora los casos que en España han sido revisados.

Pero lo que más me llamó la atención fue la actitud de los niños. La sociabilidad era lo normal, siendo una forma de relacionarse la que percibí muý sana: los niños hablaban y jugaban entre ellos con enorme respeto, no hubo conflictos ni enfrentamientos, los mayores trataban a los pequeños con ternura y los incluían en sus actividades.

Me llamó poderosamente la atención que no se burlaran los unos de los otros ni compitieran con saña, no hubo peleas ni gritos. Si la mayor crítica que se hace a esta opción educativa es precisamente que los niños necesitan socializarse, mi impresión era que se relacionaban perfectamente en sociedad y disfrutan respetuosamente de ello.

Estos niños estaban acostumbrados a tratar con adultos y les hablaban con naturalidad, con respeto pero con seguridad en su mismos, de igual a igual. En su vida cotidiana sus relaciones sociales no se circunscriben a un aula, un patio y un grupo de compañeros de su misma edad, sino que tratan con personas de todas las edades según sus simpatías e intereses. Y creo que eso es muy importante para la formación de los niños.

Creo también que esta libertad en el trato y el que exista la posibilidad de pasar el tiempo con personas de todas las edades es uno de los aspectos más positivos que puede ofrecer esta opción educativa. Relacionarse en un ambiente social natural, como la vida misma, es una de las experiencias que estos niños que no van al cole disfrutan más.

También, y mucho más tras esta visita, creo que el sistema escolar oficial tendría mucho que aprender de estas familias para tratar de ofrecer a nuestros niños la posibilidad de desarrollar su sociabilidad de forma más natural.

En Bebés y más | Encuentro Estatal de A.L.E., Asociación para la Libre Educación

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