La carta de un profesor que ama enseñar y aprender cada día de sus alumnos

Una carta en papel a estas alturas y sin que sea ni publicidad ni una factura es algo así como una “rara avis”. Que esa carta además vaya dirigida a un niño de once o doce años es todavía más extraño si cabe. Y si ya el que le escribe es su profesor, su tutor y durante las vacaciones es algo sencillamente increíble.

Pero a veces las historias increíbles son las que merece más la pena contar y sobre todo vivir, como la historia de la carta de un profesor que ama enseñar y que aprende cada día de sus propios alumnos.

El profesor se llama Iván y es tutor de un grupo de alumnos de 6º curso de primaria en un colegio de Alcalá de Henares, en la Comunidad de Madrid. En plenas vacaciones de semana santa, se dedicó a escribir a sus alumnos, a todos, una carta en papel, con su sobre y su sello como se ha hecho desde siempre y cada vez se hace menos.

La sorpresa por parte de los alumnos seguro que fue magnífica pero tanto o más que las de los propios padres de estos alumnos que han sido los que sin querer han hecho de esta carta un fenómeno viral por lo bonito que tiene este detalle y por lo escasos que son detalles como este en nuestra vida diaria.

Algo tan sincero

Porque la carta va cargada de eso, de sinceridad por parte de Iván, un profesor joven que ama lo que hace: enseñar.

Hasta el punto de hablar a los chicos y a las chicas de su clase en su idioma, de apoyarles, de animarles, de exigirles pero sobre todo de acompañarles en uno de los cursos más complicados. En ese en el que oficialmente parece que tienen que dejar de ser niños porque dejan la educación primaria. Ese en el que ellos intuyen que lo siguiente les va a obligar a hacerse mayores pero realmente no saben ni cómo ni por qué.

Sí, crecen, sus cuerpos sobre todo. Algunos tienen ya hasta una sombra incipiente sobre el labio en medio de su cara y a ellas nos hay más que mirarlas para ver que están dejando de ser niñas a pasos agigantados pero muchos de ellos y de ellas en el fondo no dejan de ser unos niños que van acomodando su mente a su cuerpo y a sus nuevas circunstancias y han encontrado en Iván a un profesor que les acompaña en este viaje y ellos lo han notado, no sólo en esta carta, sino en su sinceridad diaria con ellos.

Grandes maestros

Nunca se deja de aprender y eso lo reconoce este mismo profesor que dice que sus alumnos le enseñan cada día en clase. Él les instruye y ellos le enseñan, un binomio perfecto que se da gracias a algo que parece que nos dejamos siempre en el tintero: la vocación y el esfuerzo, por ambas partes. ¿Quién no recuerda a algún gran maestro en su vida?

Los alumnos de Iván le recordarán a él y a su carta y cuando flaqueen que lo harán, como lo hacemos todos, pero ellos tendrán la enorme suerte de poder volver a leerla las veces que hagan falta, como bien les ha dicho su profesor al final de la misma y siempre volverán a recordar lo mucho y bueno que aprendieron juntos. ¡Una suerte, sin duda!

Fotos | Facebook de Iván de la Cruz | Facebook Platero Educa (comunidad)

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