Trastornos del habla: tartamudez

La tartamudez, o disfemia, es una de las alteraciones del habla que más debate ha generado a lo largo del tiempo. Las dificultades de fluidez del habla no están presentes en la gente siempre, ni con la misma intensidad.

Por ejemplo, un niño de 3 años puede decir "pa-pa-pa-papá ven mira; el, el, el gatito come". si está nervioso. Igualmente, este niño puede hablar sin ningún tipo de alteración si está tranquilo.

Factores como la presión del contexto, la actitud de quién oye, el tema de conversación o la emoción mientras se cuenta algo pueden alterar la fluidez del habla del niño.

La tartamudez suele iniciarse entre los dos y los cinco años, generalmente cuando se ha iniciado el lenguaje y éste es fluido. En los primeros años preescolares el problema tiende a desaparecer de forma espontánea, volviendo a producirse a lo largo del año.

El riesgo de estancamiento de la tartamudez aumenta de los 14 a los 18 meses desde que se inicia, aunque se desconocen las causas por las que desaparece el trastorno de forma espontánea y por las que se mantiene. No obstante, pueden deberse al conjunto de varios factores relacionados con el proceso de aprendizaje del lenguaje y del habla.

Desarrollo de la tartamudez

Aproximadamente cuando el niño tiene tres años, hay un gran avance en el desarrollo del niño: a nivel lingüístico sorprendente, a nivel de relación social, a nivel de habilidades motoras del habla...

Por otra parte, varios factores ambientales también tienen su importancia en el desarrollo emocional y afectivo: en especial, el entorno en el que el niño crece.

Durante esta evolución, también existen factores que pueden alterar el adecuado desarrollo: dificultades del lenguaje, habilidades motoras, sociales, emocionales... El elevado número de errores de fluidez del niño durante la etapa preescolar está muy relacionada con estos factores.

Si la gente que está con el niño le exige realizar cosas que él no puede hacer pueden favorecer la aparación de la tartamudez, ya que la fluidez aún no está del todo correctamente adquirida o no domina la coordinación de los órganos que intervienen en el habla.

Puede ocurrir que estas repeticiones, prolongaciones y bloqueos se vayan haciendo más frecuentes en el tiempo, y el tartamudeo se consolide de forma más estable, pudiendo llegar a durar hasta la adolescencia o incluso la edad adulta.

Próximamente conoceremos más datos sobre las teorías de la tartamudez, la evaluación y el tratamiento.

Foto | wheany en Flickr En Bebés y más | Qué deben evitar los padres para ayudar a estimular el lenguaje

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