Puede parecer extraño, pero cuanto más presente está la mamá con su hijo durante el primer año de vida, más sociable se muestra el niño con otras personas y además, estando en público, incluso puede parecer que se olvide de ella.
Este es un comportamiento muy común, la seguridad predispone a que las personas no se fijen en lo que tienen siempre que lo necesitan y lo dan por descontado, en cambio siempre se presta más atención a las cosas o personas que nos da miedo “perder". Es decir, el niño tiene una confianza y una seguridad absoluta de que su mamá está ahí y no se va a perder, con lo cual presta más atención al resto de personas y se muestra más sociable pues sabe que puede ser que se vayan. Para un hijo, la madre es su punto de referencia para ganar confianza y seguridad, tan sólo hay que ver que cuando se despierta a media noche son los brazos de mamá (o papá) los que le consuelan. La mamá es quien le da la papilla al niño y este gana confianza con el alimento que le proporciona. Cuando alguien desconocido se presenta, siempre observa si la mamá está de acuerdo antes de echarle una sonrisa o alargarle los brazos. Todos estos ejemplos demuestran la confianza que tu hijo tiene en tí y como esta creciente confianza se traduce en seguridad en sí mismo y en una mayor sociabilidad.
Según cómo nos comportemos con nuestros hijos y cómo los eduquemos, veremos el reflejo en una mayor seguridad y confianza en sí mismos.
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