Bebés de alta demanda: ir al WC con el niño en brazos

Si hace unos años alguien me dijera que un día me vería en el water closed (alias WC), cagando (esa bocaaa) con un bebé en brazos le diría que no, que ni loco, que imposible, que para eso están las sillitas, los capazos, los andadores y los parques infantiles.

Sin embargo, a día de hoy, ir al WC con el niño en brazos me parece la cosa más normal del mundo, tanto, que hasta soy capaz de explicarlo en un blog con miles de visitas diarias llamado Bebés y más.

Tenía Jon unos 10 meses cuando Miriam me confesó que no podía ir ni al WC. Como ya os he comentado alguna vez, desde que él nació ella no trabaja, por lo que ha estado siempre con él (hasta ahora que ha empezado el colegio con tres años).

Bebés de alta demanda

En esa época Jon andaba cumpliendo todos los puntos que definirían a un bebé de alta demanda y Miriam se veía cada día en el mismo problema: Jon era un auténtico satélite en su órbita.

A mí me parecía increíble que no pudiera separarse de ella ni un instante y empezamos a preocuparnos por el tema. Por suerte el sentido común y conversar con personas que habían pasado por lo mismo nos tranquilizó. Era normal, era la angustia de separación habitual de todos los niños, pero llevada casi al extremo, habitual en los denominados bebés de alta demanda.

El tiempo fue pasando y como se dice habitualmente: “para ser independiente se debe ser dependiente antes". Jon se fue haciendo cada vez más autónomo y ahora no quedan demasiados resquicios de aquella etapa en que no podía respirar sin ver a su madre.

Cuando la necesita sabe que está ahí, cuando me necesita, sabe que estoy ahí. Quizás por eso nos llama poco, porque ha sido tan dependiente, tan “arrejuntao" a su madre, que ahora tiene claro que mamá estará ahí siempre.

Volviendo al WC

Fue tanto el tiempo que Jon pasó pegado a nosotros y sobretodo a su madre, que ir al WC con él en brazos acabó siendo algo normal y habitual para ella. Para mí no, porque cuando yo estaba en casa él podía estar con ella perfectamente.

Sin embargo, al nacer Aran, y con la descompensación de horarios entre los dos hermanos, me he visto más de una vez con él en brazos y Jon durmiendo (Aran es madrugador) y sufrir ese momento de apretón en el que no hay otra opción que ir al WC con el niño en brazos.

Sé que suena raro, quizás hasta haya quien piense “pobre niño, ahí, en ambiente hostil", pero creo que no debo ser el único, así que por favor, si alguien más ha llegado a este punto como padre o madre, que lo diga.

Así me sentiré un poco menos “bicho raro" y quién sabe, si somos muchos podemos hasta crear un club de fans o un grupo en Facebook: “yo también cago con mi bebé en brazos".

Foto | Flickr (parafrasi)
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