El cuidado del cordón umbilical

El cordón umbilical es la línea de comunicación vital entre el bebé y la mamá durante el embarazo. No obstante, una vez que el bebé nace el cordón umbilical deja de ser indispensable. A escasos minutos del nacimiento, los médicos sujetan el cordón con una pinza cauterizante y lo cortan cerca del ombligo. La función de esta pinza es detener la hemorragia de los vasos sanguíneos del cordón (una vena y dos arterias). Luego, los doctores embeben la zona con un líquido antiséptico.

La pinza puede ser retirada cuando el cordón esté seco por completo. Cuando esto sucede, permanece un muñón pequeño que necesitará ser limpiado y cuidado hasta que se caiga; esto ocurre a las dos o tres semanas de vida del bebé. Este muñón puede ser un foco de infección del cuerpo del bebé, por lo que requiere de algunos cuidados específicos.

El pediatra te indicará cómo resguardar la zona y te pedirá que la mantengas seca y expuesta al aire. Para esto, debes cuidar que el cordón quede fuera del pañal; algunas marcas de pañales para recién nacidos vienen con un tajo a la altura del ombligo, pero si no consigues de este tipo puedes doblar el borde del pañal hacia abajo. Otra recomendación frecuente de los médicos es que frotes suavemente una bola de algodón empapada en alcohol sobre el cordón y los alrededores cada vez que le cambies los pañales. Debes hacerlo con mucho cuidado para evitar derramar alcohol sobre el bebé; si esto ocurre, cámbiale la muda de ropa. Este procedimiento debe continuar durante algunos días posteriores a la caída del cordón, para garantizar que la zona cure por completo.

Algunos signos de alarma: hemorragia, pus o secreción blanca, enrojecimiento e hinchazón alrededor del ombligo y señales de que el bebé está sintiendo dolor en la zona. Consulta de manera urgente al médico en cualquiera de estos casos.

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