¡Felices primeros días juntos! Aprende paso a paso cómo bañar a tu bebé

Eres la mujer más feliz del mundo, porque tu bebé ya está entre tus brazos. Después de nueve meses de llevarlo en tu vientre, ¡por fin puedes abrazarlo! Estos primeros días juntos todo es nuevo para ambos, se adaptan el uno al otro y no te cansas de mirarlo cuando duerme y disfrutas mucho el tiempo que comparten cuando está despierto. Ahora, como mamá primeriza seguramente un punto que pudiera inquietarte es la hora del baño, pero no te preocupes, verás que sólo es cuestión de práctica. Aquí te pasamos algunos sencillos consejos para que sepas qué hacer paso a paso y cuides su piel desde el primer momento.

¿Cuándo y a qué hora es mejor para darle un baño?

Primero que nada, tienes que saber que no hay necesidad de bañar al recién nacido todos los días. Cuando es tan pequeñito es suficiente con limpiarlo muy bien después de cambiarle el pañal, así como limpiar su carita y cuello después de comer. Bastará con que le des un baño completo cuatro veces por semana, al menos hasta que crezca un poco y comience a moverse más.

La mejor hora del baño depende de ti. Nuestra abuelas decían que era mejor al mediodía, cuando ya el sol calienta, pero si piensas que es mejor por la tarde, como ritual antes de dormir, está bien. Lo importante es que no estés apurada y no te interrumpan. ¡Hazlo a tu manera!

Una toallita suave será tu aliada

Los especialistas de la Academia Americana de Pediatría, recomiendan dar al recién nacido un baño con una toallita suave los primeros días hasta que se caiga el cordón umbilical. Sugieren hacerlo sobre una superficie plana y firme. Podría ser una mesa o la cama sobre la que extiendas un cobertor y encima la toalla del bebé.

Asegúrate de que la temperatura de la habitación sea templada y que no haya corrientes de aire. Necesitarás un recipiente con agua tibia, una toallita de tela suave, jabón neutro, toallitas húmedas y la muda de ropa limpia.

Desviste a tu bebé y envuélvelo con la toalla. Recuéstalo sobre su espalda y descubre solo la zona que vas a limpiar para mantenerlo calientito. Moja la toallita, exprime el exceso de agua y limpia la cara del bebé. Con cuidado desliza la toallita sobre un párpado, desde el lagrimal hasta la esquina exterior y luego el otro.

Recuerda que su piel tiene un alto PH y no tiene grasa sobre su dermis, de manera que no cuenta con la suficiente protección cutánea; por lo que se recomienda limpiar su cuerpecito mojando la toalla en agua y jabón neutro. Una opción con PH balanceado y que incluso contiene algunos humectantes es Baby Dove, el cual viene en barra.

Pon especial atención tanto en las zonas con pliegues, como el cuello, las axilas, detrás de las orejas, en la zona del pañal, así como entre los dedos. Finalmente, enjuaga la muy bien la toallita para quitar el jabón, exprímela y pásala de nuevo por su cuerpo rápidamente. En cuanto termines, envuelve a tu bebé en la toalla y sécalo bien.

El baño en tina

Sobre una superficie lisa, una mesa o la cama, coloca un plástico grueso para evitar que se moje. Acomoda la tina encima. De acuerdo con la Guía para la Salud Familiar, publicada por la Escuela de Medicina de Harvard, basta con llenar la tina con aproximadamente unos cinco centímetros de agua tibia. Es importante verificar la temperatura del agua con la muñeca, el codo, o con un termómetro. Ésta idealmente debe ser de 38º Celsius.

A un lado de la tina extiende la toalla del bebé y los productos que necesitarás. Los mismos que para el baño con toallita. Esto te permitirá sostener al bebé con una mano y en todo momento. Por seguridad, nunca lo dejes solito en la tina.

Sostén su cabecita con una mano y con la otra ve introduciendo sus pies en el agua muy suavemente, continúa con el resto de su cuerpecito. Verifica que el agua llegue por debajo de sus hombros y no toque sus orejas. Usando una mano vierte un poco de agua en las partes de su cuerpo que no están sumergidas para mantenerlo calientito. Moja una toallita y aplica un poco de jabón neutro. Muy gentilmente frota su cuerpecito con la toalla sin dejar de hablarle. Eso lo tranquilizará si se pone inquieto.

No importa qué tipo de baño le dés, presta atención a las zonas con pliegues. Para lavar su cabello aplica un poco de shampoo para bebés (asegúrate que sea hipoalergénico, no irrite sus ojos y humecte su cuero cabelludo), la cantidad adecuada sería como del tamaño de un chícharo. Enjuaga la espuma con una taza o dos de agua, asegúrate de que no escurre hacia sus oídos -si quieres, puedes colocar una bolita de algodón para protegerlos-. Enjuaga muy bien su cuello y deja la carita para el final. Pasa tu mano con un poco de agua. Enderézalo un poquito para que no le entre agua en la nariz ni en las orejitas.

Después del baño, asegúrate de secarlo muy bien. La piel del recién nacido es muy delicada y podría resecarse. Para prevenirlo es importante proveerla de humectación extra. Durante el baño puedes usar un jabón suave con pH neutro, por ejemplo el que ofrece Baby Dove, de esta manera no se altera la capa lipídica de su piel. Antes de ponerle la ropita, esparce una capa ligera de crema humectante para nutrir su piel de manera segura.

Verás que conforme crezca tu bebé, la hora del baño se volverá un momento divertido que ambos disfrutarán. ¡Felices primeros días juntos!

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