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¿En qué lugar de tu entorno dirías que hay más gérmenes?

Si preguntamos a los pequeños que dibujen un germen, es posible que lo hagan como una mancha en mitad del folio adornada por una cara de pocos amigos (que da a entender la maldad del germen, por supuesto). Si lo pensamos los adultos, probablemente nos venga a la mente una recreación por ordenador con glóbulos flotando dentro de un vaso sanguíneo.

Y, aunque la representación sea diferente, tanto los peques como nosotros tenemos interiorizado algo: los gérmenes son malos. Pero, ¿sabemos lo que es un germen? ¿Somos conscientes de que nos rodean y que lo llenan todo? ¿Sabías que el concepto de germen abarca tanto a animales como a complejas cadenas proteínicas?

¿Qué es un germen, y qué no lo es?

Muchos tenemos un concepto equivocado de qué es un germen y qué no lo es. Hay quien incluso piensa que todo tipo de microorganismo es un germen. Es importante entender que hay diferentes tipos de microorganismos en el hogar: bacterias, hongos, virus y esporas. No todos estos microorganismos son malos. Hay microorganismos buenos y hay microorganismos que son malos y estos son los gérmenes.

Por ejemplo, las bacterias: hay buenas, pasivas y nocivas. Las bacterias buenas son todas aquellas bacterias que necesitamos porque nos ayudan y protegen del exterior. De hecho existen 100.000 trillones de bacterias viviendo en nosotros totalmente inofensivas. Casi dos kilos de nosotros no somos, técnicamente, nosotros, sino pequeños organismos que nos ayudan con nuestra flota intestinal o cutánea.

Según el divulgador científico Bill Bryson, las bacterias «se pasaron miles de años sin nosotros. Sin ellas no podríamos sobrevivir un solo día. Procesan nuestros desechos y hacen que vuelvan a ser utilizables. Purifican nuestro agua y mantienen productivos nuestros suelos». Debemos admitir que ellas estaban antes, que el planeta es suyo, y que nosotros vinimos mucho después.

Por eso hay que recalcar que la mayoría de las bacterias con las que vivimos son beneficiosas. Hemos convivido con ellas desde nuestros inicios, y no han de preocuparnos. Y esto ocurre porque las llevamos de un lugar a otro pero como norma general nos ignoran.

Sin embargo los gérmenes son el conjunto de microorganismos dañinos para nosotros: las bacterias nocivas, los virus, los hongos y las esporas. Son aquellos que nos podrían originar una enfermedad y con los que hay que tener más cuidado.

¿Por qué a los gérmenes les gustan nuestras casas?

Comparado con el campo, en las casas suele haber muchos gérmenes. Lo que no deja de ser irónico, dado que las construimos para nuestra protección. ¿Qué hacen aquí todos estos compañeros? ¿Por qué no se van con viento fresco?

Pues quizá en el viento fresco esté la clave, y es que en nuestras viviendas la frescura y los entornos secos no abundan. Más bien al contrario. Las casas son sitios calentitos, con un alto grado de humedad y protegidas del sol. El espacio ideal para que los gérmenes vengan de visita y decidan quedarse. Pero no hay que alarmarse, porque tenemos modos de echarlos de casa.

¿Acaso hay tantos gérmenes en el baño?

Hacer una lista decreciente de lugares con más a menos gérmenes es un imposible porque no todos los hogares son iguales. Pero es en el baño donde debemos hacer una parada, puesto que hay un alto grado de humedad y temperatura, justo lo que necesitan las bacterias y hongos para crecer.

Las superficies más contaminadas de un baño por los gérmenes son el alrededor del inodoro y el lavamanos o pica, que es donde suelen aparecer microorganismos de tipo bacteriano, y en la ducha, donde crecen los hongos.

El uso de productos con lejía, como Estrella 2en1 (recordemos que limpiar y desinfectar no es lo mismo) hacen que estas superficies se mantengan limpias y desinfectadas creando un entorno seguro.

¿Hay muchos gérmenes en la cocina?

La principal fuente de entrada de bacterias en la cocina son los alimentos crudos. Por ello, deberíais tener precaución y desinfectar las tablas de cortar, cuchillos, superficies de trabajo…para evitar la contaminación cruzada no toquéis con estos utensilios otros alimentos crudos que vayamos a comer sin cocinar (la ensalada).

El uso en superficies de productos como Estrella 2en1, que contiene detergente y lejía, nos ahorrarán este tipo de problemas. Otro truco y buen hábito es asegurar y poner cuidado en la limpieza de trapos de cocina y desinfectar las bayetas, cuando acabes de utilizarlas poniéndolos a remojo con un chorrito de lejía.

Pomos, mandos, teléfonos móviles…

Nos sorprendería saber que hay mucha concentración de bacterias en estos elementos, aunque hay una vocecilla que nos dice que es así. Son objetos por los que pasan muchas manos, manos que han tocado un sin fin de cosas durante el día. En situaciones normales puede no preocuparnos, pero en una casa con niños, sabemos que ocasionalmente pueden acabar llevándoselo a la boca.

Ya hemos visto que las bacterias no siempre son malas, por lo que no debemos alarmarnos y estar constantemente desinfectando. Aunque si sospechamos que han podido contagiarse por un agente nocivo, basta con pasarles un paño con algo de lejía disuelta para eliminar hasta el último germen. Y, si como los pomos, el objeto está al lado de madera u otro material sensible a la lejía, siempre podemos utilizar algún producto con oxígeno activo, como Estrella Oxígeno Activo.

Imágenes | Pixabay, Erika Wittlieb, iStock

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