Los diez mandamientos del aprendizaje infantil

Los diez mandamientos del aprendizaje infantil
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El ser humano está dotado naturalmente para aprender, de hecho, nuestra especie está especializada en la capacidad de aprender. Ningún otro ser vivo tiene una capacidad como la nuestra y nuestro éxito como especie se basa en como podemos comprender el entorno natural y cultural y utilizarlo de forma creativa. Para ayudaros a comprender mejor el proceso natural del aprendizaje os ofrecemos estos diez mandamientos del aprendizaje infantil.

Los niños, pequeños seres humanos, vienen “de serie” preparados para el aprendizaje, es un impulso natural para el que están dotados. Nuestro papel, en general, será el de facilitadores, acompañantes, observadores y guías. Más que enseñar, vamos a tener que estar presentes y no disturbar el proceso natural con intervenciones erradas.

  1. Cada niño sano nace con su propio programa de aprendizaje. Aprender a hablar y a caminar es algo totalmente natural para lo que los niños no van a necesitar nada más que el que les dejemos experimentar y estar con nosotros. Otras habilidades y conocimientos igualmente los irán adquiriendo al absorver del entorno y analizar lo que los adultos de referencia hacen o dicen. Los aprendizajes más complejos, de tipo "escolar" serán aprendidos en la medida que se logre que el niño sienta verdadero interés por ellos, no de otra forma, pues comprender el mundo es algo que todo ser humano desea hacer.
  2. El juego es el proceso natural por el que el niño aprende. No hay duda alguna de que los mamíferos aprneden mediante el juego y en el caso de los niños es especialmente clara esta disposición. Con el juego el niño es científico, ingeniero, cocinero y ser social, usando de su inteligencia y de la experimentación para superar retos y asimilar conceptos complejos.
  3. Cada niño tiene su propia, personal y particular manera de aprender. Existen diferentes inteligencias y todas ellas forman parte del desarrollo humano, teniendo cada persona dotes especiales para usar estas inteligencias para adaptarse al entorno. Forzar o limitar el estilo de aprendizaje propio de cada ser humano solamente entorpece el proceso.
  4. Cada niño tiene un calendario propio de aprendizaje y desarrollo. Observando las etapas madurativas vamos a descubrir que el ritmo de cada niño es personal y no intercambiable. Debemos tener paciencia y saber acompañar cada logro.
  5. El niño aprende por imitación, por lo que permitirle acompañarnos y participar en la vida diaria es el mejor ambiente educativo que existe. La familia es el primer y más importante núcleo educativo y siempre debemos ser conscientes de que el niño aprenderá más de lo que hacemos de lo que decimos que hay que hacer. Separar a los niños tempranamente de sus padres no favorece su desarrollo intelectual ni social, por lo que, si eso es indispensable, debemos recordar que la necesidad natural del niño era permanecer con nosotros y compensarles el tiempo que podamos estar juntos.
  6. Cuando un niño está preparado para aprender algo, lo aprenderá. Recuperemos la confianza en sus capacidades innatas. No se gana nada con presionar, forzar, castigar o premiar los aprendizajes y mucho menos con adelantarlos. Empeñarnos en adelantar la lectoescritura, por ejemplo, a la larga nos aleja del objetivo que es ayudar a que el niño sea lector apasionado y con capacidad de comprensión y disfrute. Y como en la lectoescritura, con todo lo demás.
  7. La confianza en que es capaz de aprender es la base de todo aprendizaje futuro. Igual que ayudar al niño cuando no es necesario puede frenar su confianza, recriminar o penalizar el error también le perjudica.
  8. Nunca hay que interrumpir a un niño que está aprendiendo o jugando a algo de manera apasionada. La pasión es la base real de cualquier aprendizaje significativo.
  9. El niño necesita un ambiente seguro y límites claros para poder desarrollarse plenamente. Los adultos debemos garantizar su seguridad física y emocional.
  10. Los niños aprenden tanto de sus logros como de sus errores. Hay que recordar que el error es el instrumento natural para aprender y que solo el que se equivoca, descubrirá la manera de conseguir su objetivo de forma creativa

Con estos diez mandamientos del aprendizaje infantil podremos acompañar mucho mejor el desarrollo y la educación de nuestros hijos y alumnos. Con confianza y respeto los pequeños humanos lograrán aquello para lo que la naturaleza les ha dotado tan bien: ser sabios.

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