¿De verdad existe una batalla abierta, entre padres y profesores, por los deberes?
Educación Infantil

¿De verdad existe una batalla abierta, entre padres y profesores, por los deberes?

A raíz de la reflexión de hace unos días sobre el anuncio de las cenas sin deberes de IKEA, surgieron un montón de comentarios de profesoras y profesores y de madres y padres, unos de acuerdo con lo expuesto, otros con opinión contraria y otros que ni leyeron el artículo, pero nunca pierden una ocasión para criticar lo que sea. No es la primera vez que vemos, en cuestiones relacionadas con educación, opiniones encontradas, algunos hablan de batalla entre profesorado y familias.

En cualquier colectivo siempre vamos a encontrar opiniones diferentes de personas distintas. Hablamos de profesorado y familia como si fuesen etiquetas separadas e incompatibles y hay que tener en cuenta que hay muchos profesores que son padres y muchas profesoras que son madres y forman parte de la comunidad educativa desde los dos puntos de vista. Ahora bien, la comunidad educativa es muy grande. No nos pasemos de positivistas, si a veces no logramos consenso en una comunidad de una docena de vecinos... Poner de acuerdo en todo a todas las AMPAS y todos los claustros de España no se consigue ni empapelando los colegios con pósters de Mr. Wonderful.

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En realidad, yo estoy casi segura de que esta diferencia de opiniones entre todos los miembros de la comunidad educativa en España ya existía en los 80, pero no éramos tan conscientes de ella, porque la forma que teníamos para comunicarnos era muy diferente. Ahora internet amplifica la comunicación de un modo que en ocasiones resulta alarmante. El nivel de crispación parece insostenible, cuando la realidad en el día a día de los centros es muy distinta. Al menos yo, en todos los institutos en los que he trabajado, nunca he percibido esa sensación y siempre he vivido un buen clima de colaboración entre el AMPA y el profesorado del centro.

¿Qué puede haber una discrepancia entre un padre o una madre y un profesor o una profesora? Sí, claro, como también las hay entre el propio profesorado, no todos opinamos siempre igual en todo… En realidad, si así fuese, sería muy preocupante, la diversidad de criterios invita a la reflexión, genera debate y enriquece, es fundamental para avanzar y evolucionar. Con todo, es cierto que hay aspectos que resultan más polémicos y que generan más debate, tanto dentro, como más allá del claustro y con las familias. Corregidme si me equivoco, pero yo diría que vienen siendo estos:

Los deberes

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Que dice César Bona... Es que en Finlandia... así comienzan muchas de las frases que escuchamos, cada día, en contra de los deberes. Desafortunadamente ni conozco a César Bona, ni he estado en Finlandia, así que no puedo opinar mucho de ellos, pero sí quiero recordar que César Bona es profesor de primaria, no de secundaria, y que la distinción entre niveles educativos es primordial en esta cuestión.

Los deberes se han puesto toda la vida... es el argumento más repetido entre los del otro bando y quizás tampoco es el mejor. Los tiempos han cambiado, la sociedad de hoy en día es distinta y los problemas de conciliación son más que evidentes. No puedo estar de acuerdo con las formas, en lo que a la huelga convocada por la CEAPA se refiere, pero sí entiendo que en algunas casas hay problemas con los deberes, lo veo a mi alrededor. Mientras se trabaja para lograr una solución conciliadora general, a corto plazo entrevistarse con el tutor o la tutora sigue siendo la mejor opción.

Cuando se habla de deberes y, en general, de metodologías se suelen relacionar las diferencias con el hecho de que en los centros educativos haya profesores que ya lo eran en los 80 y siguen en activo y profesores que, como yo, éramos estudiantes por aquel entonces, aunque tampoco aquí se puede etiquetar... Hay mayores a tope con la innovación y jóvenes que apuestan por la tradición y padres y madres de acuerdo con unos, con otros o con ninguno.

No me gusta generalizar, pero si entro en todos los matices voy a tener que encuadernar esto por fascículos... Así que, en líneas generales y desde un punto de vista positivo, los que llevamos menos tiempo tenemos la ilusión de comenzar en algo nuevo que nos apasiona, las ganas de experimentar y el conocimiento de las TIC que nos tocan más de cerca, pero los que llevan varias décadas tienen la templanza y la sabiduría que solo proporcionan los años de experiencia en la profesión. En quedarnos con lo bueno que unos y otros podemos aportar, y en sumarlo, podría estar la solución a largo plazo, claro que para eso haría falta que los políticos contasen con una muestra representativa de profesorado activo y experimentado en los equipos de trabajo que organizan para hacer protocolos, proponer proyectos, analizar estudios y redactar leyes.

Los castigos

Si no os han pegado un chicle en la frente, en la nariz o en el pelo, no os han mandado copiar 100 veces alguna norma, no os han dejado sin recreo por hablar o no os han colocado alguna vez contra la pared... es que vosotros no fuisteis a EGB. ¡Yo sí! Pasé por todo eso, lo recuerdo, no me gustaba y encima, en mi caso, no sirvió para nada. Sigo comiendo chicle de vez en cuando y hablando por los codos, así que son métodos que no utilizo, porque en mi opinión, además de un tanto desagradables, son poco efectivos.

Hay profesores y profesoras que utilizan esos u otros métodos parecidos, pues igual porque tienen con respecto a ellos una experiencia y una opinión distinta, muchos padres y madres tienen mi misma experiencia y están en contra, pero ojo que también hay padres y madres que te dicen cosas como: "Usted si tiene que darle, déle" y eso, pues yo, como que tampoco... Es decir, que la opinión no solo depende del grado de parentesco con el alumnado, sino de otras muchas cosas.

Los derechos de imagen

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Un tema que me parece también muy preocupante es el de los derechos de imagen. En contra de lo que puede parecer, el ser muy activa en redes sociales me hace ser muy consciente de sus riesgos. La mayoría de los padres y las madres firman a principio de curso una autorización para que sus hijos e hijas sean fotografíados y grabados en actos organizados por el centro educativo y para que esas imágenes se puedan publicar en internet. A los profes nos encanta hacer fotos de las actividades que organizamos y a las familias, orgullosas de sus niños y niñas, les encanta verlas. Hasta ahí todo bien.

Pero cuidado a ver si no nos estamos pasando con los compartidos en redes sociales o con criticar a los padres y madres que no firman la autorización, están en todo su derecho... ¿Nos gustaría a nosotros que nuestras fotos de pequeños fuesen públicas? Otro tema más con diversidad de opiniones y muy importante para reflexionar.

Los recursos

Medios informáticos, material, utensilios y herramientas de los distintos departamentos, los también polémicos libros de texto... Si el dinero no da la felicidad, los recortes menos. La educación tradicional era más barata, innovar cuesta dinero y otro motivo de debate es ¿quién lo paga? Los departamentos tienen un presupuesto muy limitado y muchas familias no pueden correr con tantos gastos y se ven superadas por la inversión que tienen que hacer en la educación de sus hijos e hijas cada curso. Ahí tenemos otro foco de discusión. Y eso que entre todos buscamos soluciones ingeniosas apoyadas en el reciclaje, donde alguien normal ve una estantería vieja y rota yo veo madera para proyectos en el taller de tecnología, pero estas soluciones no llegan a todo.

La politización

Finalmente, la educación no puede ser ni de derechas ni de izquierdas. Da igual que seas padre, madre, profesor o profesora, si eres de derechas con la LOMCE a muerte, si eres de izquierdas no a todo sin leerla y si la propuesta la hacen los contrarios, pues igual pero al revés... Ni todo es blanco, ni todo es negro y lamentablemente así no llegaremos jamás a ningún sitio. O los políticos y las políticas se sientan a debatir propuestas de ambos lados, a consensuar y, sobre todo, a atender a las demandas de la comunidad educativa (alumnado, familias, personal no docente y profesorado), que es la que mejor sabe de qué va el tema, o seguiremos en un bucle de frustración infinito del que nunca vamos a poder salir. Suena triste, pero es así.

Concluyendo...

En definitiva, diferencias de opinión y debate entre familias y profesorado sí, pero batalla no tendría ningún sentido porque padres y madres, profesores y profesoras tenemos lo más importante en común: la búsqueda de la mejor educación y el mejor futuro para esas niñas y esos niños. Que a veces también se olvida que, aunque no somos familia, los profesores y las profesoras pasamos muchas horas en clase con nuestros alumnos y alumnas y no somos de piedra, ¡les cogemos cariño!

Para que esa batalla abierta finalmente no llegue tendríamos que reflexionar todos. Si se generalizan, por parte de las familias, acciones como la huelga de deberes la batalla puede llegar porque la mayoría del profesorado está en contra. Pero para que eso no suceda, también los profesores y profesoras tenemos que hacer autocrítica y, sobre todo, escuchar atentamente las demandas de las familias en relación con sus problemáticas y sus necesidades, de ese modo todos trabajaremos en la misma dirección.

Puede haber debate sobre cualquier tema en un momento, pero no es bueno que desencadene un enfrentamiento abierto y para eso tenemos en el alumnado el mejor ejemplo: te enfadas un día, levantas la voz, incluso llegas a expulsar a alguien de clase... Y al día siguiente tienen una capacidad asombrosa de hacer borrón y cuenta nueva, lo que pasó ayer se queda en ayer y hoy seguimos construyendo a partir de un buenos días, profe... O profa, ese precioso término que nos ha regalado el lenguaje inclusivo de género...

Tal vez un buen ejercicio que podemos hacer para avanzar en educación es intentar rescatar al niño o la niña que aún tenemos dentro. Nosotros también fuimos estudiantes y con un poco de esfuerzo podemos recordar: cómo lo vivimos; qué era lo que nos gustaba y lo que no; qué fue lo que nos sirvió en el futuro, ahora presente, y qué habría sido prescindible... Y sobre todo, cómo teníamos esa facilidad para enfadarnos hoy y amigarnos mañana, sin rabia y sin rencor, capacidades que, sin formar parte del curriculum, parece que desafortunadamente también las vamos adquiriendo con los años.

Foto de portada | iStockphoto
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