Ser papá: el lavado del gato (II)

Ser papá: el lavado del gato (II)
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Hace unos días desnudamos al niño para hacerle el lavadito con agua y esponja. Lo dejamos así, desnudo, con el agua caliente y ahora vamos a lavarlo.

Metes la esponja, la escurres bien y al lío. Mójale un poquito todo, con la esponja el tórax, la barriguita, no te acerques mucho al cordón no la vayamos a liar, el pliegue del cuello, los pliegues de las ingles, las piernas, los pies, lo giras de ladito, la espalda, sus partes nobles, las no tan nobles (o sea, la vulva o el pene y el ano). Más o menos, tampoco busques sacar brillo, un poco de higiene y listo.

Para la cara puedes usar la punta de la toalla. La mojas un poco y le pasas por toda la carita y detrás de las orejas.

Sécale bien incluyendo los pliegues del cuello, de las ingles y todo aquel pliegue que veas (algunos bebés tienen unos cuantos).

Venga, todo rapidito que ya te ha dicho la enfermera que tiene que estar poco rato sin ropa porque cogen frío enseguida.

    - Ya está.
    - Muy bien majo, veo que esto no es lo tuyo… Venga, ahora ponle crema hidratante.
    - ¿Qué? ¿Crema? Cariño, ¿donde está la crema?

Desde luego que poco autónomo eres papá, ya has tenido que pedirle ayuda a mamá.

Antes de hacer nada, piensa bien todos los pasos y qué vas a necesitar porque después de la crema viene el pañal (que tampoco tienes a mano), la gasita para secar el cordón (o la pauta de curas que sigan en el hospital), la ranita, la camiseta de batista (que no tiene nada que ver con Batistuta), el pijama y no, no tenías nada preparado y ni siquiera sabes donde anda.

Por lo tanto, resumiendo: todo bien preparado antes bañarle para que no perdamos tiempo buscando y el bebé tenga que esperarte tiritando de frío. Deja claro que haces las cosas despacio porque prefieres hacerlo así para no hacerle daño (mentira, que no sabes ir más rápido, pero más vale que piensen que eres sensible que no que eres torpe) y las cosas de una en una.

Que no te digan lo mal que lo haces aunque sea verdad. Estás aprendiendo y lo que necesitas es apoyo. Se agradece un “me encanta que bañes al bebé cariño, aunque creo que le pones mucha crema y quizá con menos sería suficiente”. Con esta frase tu pareja te ha dado ánimos para que sigas haciéndolo pues le gusta que lo hagas, te ha dicho lo que puedes mejorar y además te ha dicho cómo lo puedes mejorar.
¡¡Y solo te ha dicho una cosa!!

Probablemente hay más cosas que no haces bien, pero de una a una puedes ir mejorando y las demás quizá puedan esperar a mañana (sino tendrás que aprenderlas de dos en dos…).

Un consejo para acabar: evita la colonia Nenuco (o no), por alguna extraña razón, Nenuco, una colonia dirigida a los bebés se ha convertido en el aroma preferido para ponerle a los abuelillos. Se ha extendido tanto que, para algunas personas, el concepto de la colonia ha cambiado. En vez de pensar “este abuelillo huele a bebé” muchos pensamos “este bebé huele a abuelillo”.

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