Permisos de maternidad y paternidad iguales e intransferibles, ¿pero qué necesitan realmente los bebés?

Permisos de maternidad y paternidad iguales e intransferibles, ¿pero qué necesitan realmente los bebés?
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El viernes hemos sabido que el Gobierno ha aprobado por decreto ley la ampliación del permiso de paternidad a ocho semanas en 2019, 12 en 2020 y a 16 semanas en 2021, cuando quedará igualado al de la madre. Además, ha establecido que estos permisos sean retribuidos e intransferibles, es decir que no se podrán ceder de un progenitor a otro.

Se pretende con la medida acabar con la desigualdad laboral para las mujeres, que son las más discriminadas cuando se convierten en madres, así como que los padres puedan involucrarse en los cuidados del bebé y disfrutar más tiempo del recién nacido. Ambas medidas muy necesarias.

Pero el principal problema es que la medida ha sido pensada para beneficiar a los padres (que repito, no es que esté en contra de esto), y aparentemente también a las madres, para impedir que la maternidad sea un obstáculo en el ámbito laboral (permitidme dudar que haya algún cambio real). Pero sin duda, en lo que nadie pensó es en qué necesitan realmente los bebés.

El bebé necesita a su madre mínimo seis meses

En primer lugar, tenemos que tener en cuenta una cuestión biológica innegable: es la madre quien ha gestado y dado a luz al bebé. Es también quien amamanta a su hijo, si es lo que ha elegido.

Tanto la Organización Mundial de la Salud como la Asociación Española de Pediatría recomiendan seis meses de lactancia materna exclusiva. Si se elige no dar el pecho, o no se puede, no puede ser motivo de discriminación tampoco, por lo que seis meses es el tiempo mínimo que debería estar garantizado para la madre y el bebé.

En segundo lugar, la madre necesita recuperarse del parto y las 16 semanas de permiso actuales son muy poco tiempo para hacerlo. Hay investigaciones que hablan de un mínimo de nueve meses para que mamá y bebé puedan reconocerse, disfrutarse y establecer una relación de apego seguro, incluso de hasta un año.

La mujer ha atravesado grandes cambios, tanto a nivel físico como emocional, durante el embarazo y el postparto, además de seguir nutriendo y cuidando al bebé como si siguiera dentro del útero. Es lo que se conoce como exterogestación del bebé o segundos nueve meses de embarazo. Un tiempo que el bebé necesita para completar mínimamente su desarrollo para sobrevivir fuera del útero.

La obligación de volver al trabajo a las 16 semanas no hace más que añadirles más presión a las mujeres en su papel de madres y profesionales. Muchas se ven forzadas a dejar su trabajo porque desean cuidar más tiempo de sus hijos, mientras que quienes vuelven a trabajar y siguen dando el pecho tienen que lidiar con la incomprensión y las dificultades de extraerse leche en el trabajo.

Algo que viene pidiéndose hace tiempo

El reclamo de aumentar la baja maternal a seis meses no es algo nuevo que surge como reacción a la ampliación del permiso de paternidad. Hace años que se viene pidiendo, tanto a través de recogidas de firmas como recientemente por la propia Asociación Española de Pediatría.

Se considera prioritario para el adecuado cuidado y para la alimentación del bebé que se prolongue el permiso de las madres al menos durante seis meses y que las licencias de los padres sean transferibles.

"Si la modificación legislativa no recoge este aspecto, las madres españolas no verían ampliada su baja en un solo día y seguirían siendo, junto con las maltesas, las madres europeas con menos tiempo disponible de licencia remunerada" - expresa un comunicado oficial emitido por la AEPap.

El bebé necesita tanto a papá como a mamá

Por supuesto, pero es mamá quien da el pecho. No en todos los casos, pero aquí sería imposible, además de discriminatorio, dar bajas personalizadas según la forma en la que se elige alimentar al bebé. Por lo tanto, caemos en la misma conclusión, seis meses es el tiempo mínimo.

Sin embargo, volvamos a pensar en el bebé. Según la distribución de los permisos de maternidad y paternidad que entrarán en vigor en 2021, ambos padres deberán disfrutar al mismo tiempo de las primeras seis semanas obligatorias, mientras que las diez restantes podrán ser distribuidas hasta los 12 meses desde el nacimiento o adopción, repartiéndose en jornadas completas o parciales -previo acuerdo con la empresa-. Pero en ningún caso podrán cederse.

De disfrutar ambos de estas 10 semanas en igual medida, tendrán además una semana extra cada uno.

Hagamos cuentas. En la práctica esto implica que a las 16 semanas mamá tendrá que volver a trabajar y papá podrá quedarse con el bebé las siguientes 10 semanas, si se las coge todas seguidas. Más las dos semanas extras (si es el caso), hacen un máximo de 28 semanas en las que el bebé está al cuidado de papá y/o de mamá.

Pero, ¿qué pasa luego? El bebé ha cumplido seis meses y quién cuida de él. No queda otra alternativa que dejarlo al cuidado de otra persona o llevarlo a una escuela infantil. Pero no pasa nada, abrimos más guarderías si hace falta. ¿Es realmente lo que queremos para nuestros hijos, para la sociedad?

 ¿Y las familias monoparentales?

Se lleva la igualdad por bandera, pero solo se ha pensado en una familia con dos progenitores. ¿Qué pasa con las familias monoparentales? No son tenidas en cuenta en este supuesto. Es discriminatorio que no puedan disfrutar de la totalidad del permiso, y que además de las dificultades de criar a solas, su bebé tiene menos tiempo de cuidados.

Nadie quiere discriminación laboral para las mujeres, pero la mayoría de las madres preferiría quedarse con su bebé durante el mayor tiempo posible si pudiese elegir. Y aquí está la clave de la conciliación real: en poder elegir.

La conciliación real está en la libertad de elección de cada familia.

Libertad para elegir

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Decidir por los padres y las madres es, a mi modo de ver, una forma de autoritarismo. Cada situación familiar y laboral es diferente y no se puede imponer una obligatoriedad común que dicte cómo vivir la paternidad y maternidad, y cómo cada familia tiene cuidar de sus hijos.

La igualdad laboral es necesaria, pero dudo mucho que los permisos iguales e intransferibles logren modificar la discriminación laboral de las mujeres en el día a día. Seguirán siendo las mujeres quienes pidan reducción por lactancia, o en mayor medida quienes se ausenten cuando el bebé se ponga enfermo. Es necesario un cambio de mentalidad más profundo en la sociedad, no a golpe de imposiciones sin libertad de elección.

¿Cuál sería una buena fórmula?

Los bebés necesitan a mamá y a papá el mayor tiempo disponible. Eso está claro. Si viviésemos en una sociedad ideal en la que fuera posible que ambos pudiesen darse el lujo de quedarse en casa con sus hijos los primeros tres años de vida, sería genial. Pero lo dicho, es una utopía.

Permisos de seis meses de baja de maternidad y paternidad iguales, retribuidos y transferibles sería una buena fórmula, a mi modo de ver. Un mínimo de disfrute obligatorio para ambos, digamos ocho semanas, y el resto transferible para que cada familia pueda decidir lo más conveniente según su situación.

Pero como tal y como estamos no es posible que sea de esta forma, porque los presupuestos no dan para tanto, considero que deberían al menos ser trasferibles y que cada familia decida, según su situación laboral y personal, qué es lo mejor para el bebé.

Conclusión

Debería haber sido prioritaria la ampliación del permiso de maternidad a seis meses y un plan de equiparación para los padres para los próximos años. Permisos de maternidad y paternidad que respeten las necesidades básicas de los niños, que tienen derecho a ser amamantados y cuidados por ambos padres durante el mayor tiempo posible.

Sería preferible que el dinero que se invierte en guarderías se le diera a los padres en forma de permisos más amplios para cuidar de los hijos.

Que no se malentienda que estoy en contra de la equiparación de los padres. Al contrario, creo que es un avance necesario poner en valor la paternidad. Solo que creo que así se desvaloriza la maternidad y que se podría hacer de otra manera para que tanto padre como madre y bebé salgan beneficiados.

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