Fracturas de huesos en niños: cuáles son las más frecuentes y cómo se tratan

Fracturas de huesos en niños: cuáles son las más frecuentes y cómo se tratan
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A los niños les encanta correr, saltar, brincar y dar tumbos, por tanto los accidentes en la infancia son algo frecuente. Una mano mal apoyada, una caída o un golpe pueden dar lugar a una fractura de huesos.

Casi la mitad de los niños, nada menos que un 42 por ciento, tiene posibilidad de sufrir una fractura de hueso a lo largo del periodo de crecimiento. En la niñas, tal vez porque participan en juegos menos activos, la probabilidad es algo menor, del 27 por ciento.

Las fracturas de huesos en los niños son episodios bastante habituales, aunque normalmente se resuelven en poco tiempo y sin dejar secuelas. La fractura más frecuente en la infancia se produce en los huesos del antebrazo (radio o cúbito) y en el codo, y aproximadamente tres de cada cuatro fracturas de antebrazo en los niños involucran el extremo del radio que corresponde a la muñeca.

Al ser los huesos de los niños diferentes a los de los adultos (son mas elásticos, más porosos), las fracturas también son diferentes, y por tanto el tratamiento suele ser más sencillo debido a la alta capacidad de regeneración y remodelación del esqueleto en crecimiento.

Clasificación de las fracturas de huesos en los niños

Tienen patrones muy característicos y bien diferenciados de los adultos. Dependiendo de sus características, las fracturas en los niños se clasifican en:

  • Fractura de Torus (del latín cordón). También se conoce como “fractura de toro”, “fractura en rodete” o “caña de bambú”: La capa superior del hueso es comprimida, causando que el otro lado se doble hacia afuera del cartílago de crecimiento. Es una fractura estable y no hay desplazamiento de los huesos.
  • Fractura en tallo verde: recibe ese nombre porque el trazo de la fractura es similar al producido cuando se intenta romper un tallo verde. No se quiebra completamente sino que se produce una inflexión del hueso desde sus extremos.
  • Fractura del cartílago de crecimiento: se produce en las placas epifisarias, placas compuestas cartílago cerca de los extremos de los huesos, y puede tener repercusión en el crecimiento de ese hueso.
  • Fractura metafisaria: la fractura cruza la porción superior o inferior del cuerpo del hueso y no afecta al cartílago de crecimiento.

Fracturas más frecuentes en los niños

  • Fractura de antebrazo y codo: son las más frecuentes en la infancia por caídas sobre la mano.
  • Fractura de tobillo y tibia: puede presentarse al torcerse o doblarse el pie hacia arriba. Frecuentemente ocurren como consecuencia de una caída, un golpe, un accidente o la práctica de algún deporte.
  • Fractura de húmero: puede producirse en recién nacidos por un parto dificultoso. También la pueden presentar niños mayores por un golpe muy fuerte.
  • Fractura de clavícula: puede producirse durante el parto, especialmente en niños de gran tamaño o partos difíciles. Se resuelven sin secuelas. También se puede dar en los niños mayores por un golpe fuerte en el hombro.

Tratamiento de las fracturas en los niños

Las fracturas en los huesos de un niño comienzan a soldar mucho más rápido que los huesos de un adulto. Por tanto, si se sospecha que el niño puede haber sufrido una fractura porque hay dolor o hinchazón, es importante que reciba atención médica de forma inmediata. Así los huesos se podrán fijar para que empiecen a soldar adecuadamente.

Cuando hay sospecha de fractura se debe inmovilizar la extremidad del niño hasta llegar al centro de asistencia.

Cada fractura tiene su tratamiento específico, dependiendo además de la edad del niño, pero en términos globales, el objetivo es conseguir la consolidación del hueso de forma rápida y efectiva, evitar los desplazamientos y evitar la aparición de complicaciones.

Las fracturas leves sólo requieren de una férula o yeso durante 3 o 4 semanas hasta que suelden.

Las fracturas más severas pueden requerir que el médico tenga que manipular los huesos para alinearlos debidamente y pueden necesitar inmovilización durante más tiempo.

La cirugía en caso de fractura en los niños está indicada cuando hay desplazamientos, cuando los huesos no pueden alinearse de forma manual, cuando los huesos se han fracturado pasando a través de la piel o cuando han comenzado a soldarse en una posición incorrecta.

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