Los bebés prematuros podrán ser monitorizados sin cables, facilitando el piel con piel

Los bebés prematuros podrán ser monitorizados sin cables, facilitando el piel con piel
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Termina de nacer y su cuerpo es más diminuto de los normal, porque ha nacido antes de tiempo. Necesita el calor del cuerpo de mamá y papá, pero no es posible, porque necesita estar enganchado a una multitud de cables que controlan que su respiración y su ritmo cardiaco es el adecuado, ya que sus órganos aún no están suficientemente maduros.

Es la realidad de un prematuro. No se puede evitar tenerle en este ambiente tan frío, ¡hasta ahora, al menos! Un grupo de 45 pediatras, dermatólogos e ingenieros de la Universidad de Northwestern, en Illinois (EE.UU.) ha desarrollado un biosensor sin cables ubicado bajo el colchón de la cuna, que registra las constantes vitales de los neonatos y que se pueden controlar desde una app, accesible desde un smartphone o una tablet.

De esta manera, el personal médico puede vigilar al bebé en todo momento pero permitiendo que los padres puedan abrazarlo y hacer piel con piel sin cables de por medio, la mejor medicina para el bebé.

Comprobado: mide más que el monitor tradicional

Sensores Prematuro

Según explica el equipo interdisciplinario de la Universidad de Northwestern en Chicago, han creado unos sensores suaves y flexibles, los primeros en monitorear a los bebés en la Unidad de Cuidados Intensivos de Neonatos (UCIN) con precisión y sin cables.

Este personal médico ha terminado de realizar los primeros estudios en bebés prematuros, en el Prentice Women's Hospital y en el Ann & Robert H. Lurie Children's Hospital de Chicago, y han comprobado que los sensores inalámbricos proporcionaban datos tan precisos y exactos como los de los sistemas de monitoreo tradicionales.

Los parches inalámbricos también son más suaves en la frágil piel del recién nacido y permiten un mayor contacto piel a piel con los padres.

El estudio, publicado en la revista Science, incluye datos iniciales de más de 20 bebés que usaron los sensores inalámbricos junto con los sistemas de monitoreo tradicionales, de manera que los investigadores pudieron comparar entre ambos. Desde que finalizaron el estudio el equipo ha comprobado su eficacia en más de 70 bebés en la UCIN.

John A. Rogers, un pionero de la bioelectrónica, que co-lideró el desarrollo de estos sensores con los dermatólogos Amy Paller y Shuai (Steve) Xu, explica:

"Queríamos eliminar el lío de cables y adhesivos agresivos asociados con los sistemas de monitoreo existentes y reemplazarlos con algo más seguro, más centrado en el paciente y más compatible con la interacción padre-hijo".

Y parece que lo han conseguido:

"Nuestros dispositivos inalámbricos, sin pilas y similares a la piel, son igual de precisos en medición, e incluso proporcionan mediciones avanzadas que son clínicamente importantes pero que no se recogen a menudo entre los bebés prematuros.

De hecho, los monitores tradicionales miden:

  • Ritmo cardíaco

  • Frecuencia respiratoria

  • Temperatura corporal

  • Niveles de oxígeno en la sangre

El nuevo sensor sin cables del equipo de Roger vigila, además de los cuatro anteriores:

  • Presión arterial

  • Flujo sanguíneo

  • Funciones vitales durante las interacciones padres-hijo

El mejor beneficio: piel con piel con mamá y papá

Igual de importante que monitorizar al bebé, según añade Paller, dermatólogo pediátrico, es favorecer el contacto con sus padres.

"Se ha demostrado que disminuye el riesgo de complicaciones pulmonares, problemas hepáticos e infecciones. Sin embargo, es muy difícil que una madre abrace a su bebé, si hay cables por todas partes y el recién nacido está atado a una cama".

Y lo dice con conocimiento de causa, ya que la masa de ables que rodean a los recién nacidos en la UCIN suele ser mayor que el tamaño del propio bebé.

Tradicionalmente cinco o seis cables conectan los electrodos de cada bebé a monitores de respiración, presión arterial, oxígeno en la sangre, latidos del corazón...

Aunque estos cables garantizan la salud y la seguridad, limitan los movimientos del bebé y constituyen una barrera importante para el vínculo físico durante un período crítico de desarrollo.

¿Cómo funcionan los nuevos sensores inalámbricos?

Sensores
Sensor doble para el pecho y sencillo para el pie, facilitados por la Universidad de Northwestern.
  • Los sensores inalámbricos dobles controlan los signos vitales de los bebés (frecuencia cardíaca, frecuencia respiratoria y temperatura corporal) desde los extremos opuestos del cuerpo. Un sensor (que mide cinco centímetros por 2,5 centímetros) se encuentra sobre el pecho o la espalda del bebé, mientras que el otro sensor (de 2,5 centímetros por 2 centímetros) se envuelve alrededor de un pie.

Esta estrategia, según explica el director del equipo, permite obtener la temperatura central y la temperatura corporal de un bebé de una región periférica.

"Las diferencias de temperatura entre el pie y el pecho tienen gran importancia clínica para determinar el flujo sanguíneo y la función cardíaca, algo que no se hace normalmente hoy en día."

  • Los médicos pueden medir la presión arterial rastreando de forma continua el pulso del corazón al pie. Actualmente, no hay una buena manera de obtener una medición confiable de la presión arterial. Un brazalete para medir la presión arterial puede causar moretones o dañar la frágil piel del bebé. La otra opción es insertar un catéter en una arteria, lo cual es delicado debido al pequeño diámetro de los vasos sanguíneos de un recién nacido prematuro.

  • Además podría ayudar a llenar los vacíos de información que existen durante el contacto piel a piel. Al poder medir los signos vitales de los bebés mientras están en brazos de sus padres, se puede aprender más acerca de la importancia de este contacto.

  • Al ser transparentes, los sensores se pueden usar durante las radiografías, las resonancias magnéticas y las tomografías.

Podría estar disponible en dos años

Eso es lo que se asegura en la revista Science: que en dos o tres años podría estar usándose de forma normalizada en Estados Unidos, aunque se está trabajando para que llegue a otros países con menos recursos económicos como Zambia o la India o Pakistán.

Otra de las ventajas que comentan sus inventores es su bajo coste: cada parche cuesta unos 9 euros, y como se puede conectar por vía remota más de un dispositivo (hasta seis) a un único móvil o tablet, podrían ahorrarse aparatos. Una única enfermera o un médico podrá vigilar a varios bebés.

Si aún te has quedado con dudas sobre el funcionamiento de estos sensores, te animo a que veas este vídeo elaborado por la propia universidad donde se gestó el invento.

Vía y fotos | Northwestern University

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