¿Por qué llora mi bebé y qué puedo hacer para calmarle?

¿Por qué llora mi bebé y qué puedo hacer para calmarle?
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Cuando una pareja tiene a su primer bebé tienen claro eso que dicen de que los bebés comen, duermen, y además lloran. Saben que los bebés lo hacen, porque lo han hecho desde siempre, por los siglos de los siglos, y saben que tienen que hacer algo para conseguir que dejen de hacerlo.

El hecho de que el llanto sea un rasgo de los bebés hace pensar que la respuesta al llanto sea universal, por eso de que si hace tantos milenios que se sabe, se habrá dado ya con la solución. Sin embargo, ante un bebé que llora, los padres pueden recibir varios consejos diferentes, y por eso hoy vamos a explicar qué hacer cuando el bebé llora.

Pues dejarlo llorar

Durante varias décadas, y aún ahora, muchas abuelas y abuelos y muchos teóricos expertos han recomendado dejar llorar a los niños que están llorando. No es que se recomiende que los niños lloren, es que se recomienda que no se les coja en brazos para que no se acostumbren y claro, el momento en que todo padre tiene más ganas de cogerles es cuando lloran, para calmarlos. Como no se les puede coger en brazos porque, según dicen, luego no saben estar solos, se hacen dependientes y los tienes que llevar en brazos hasta no sé qué edad, los niños acaban llorando un buen rato hasta que al final, cansados de llorar, se callan y se duermen.

Sin embargo, y pese a que aún se dice, no es lo recomendable. No es sano para un niño y menos si es un bebé, andar llorando porque tus padres no te quieren coger porque alguien les ha dicho que no es bueno. No ayuda a ensanchar los pulmones, no hace que sean más independientes (si acaso acaban por aprender a no quejarse, porque si con tanto llanto no reciben lo que piden, pues para qué gastar tanta energía), no hace que luego sean más fuertes psicológicamente hablando ni les prepara para ningún futuro. Ni siquiera hace que no se acostumbren a los brazos, porque con necesidad de brazos vienen de serie.

O llora, o a ver cómo se comunica

El llanto tiene una función muy clara: hacer saber a los padres que algo falla. Es su manera de decir que tienen hambre, que tienen sueño, que tienen frío o calor, que están agobiados o que necesitan afecto y cariño. La única manera de expresar todo esto es mediante el llanto, y todo ello son cosas más o menos molestas para el niño, necesidades básicas, que nosotros hemos de solventar para que vuelvan a estar a gusto.

No es algo racional, el bebé no está pensando "tengo frío, voy a llorar para que me tapen", él solo siente frío, nota que eso es desagradable y llora. No son pensamientos, son sensaciones, igual que el hambre, que le incomoda muchísimo y por eso llora. Y el llanto es agudo y desagradable, rítmico y molesto, para que a los padres nos moleste lo suficiente como para buscar qué hacer para que dejne de llorar.

¿Deben los padres saber por qué llora?

El llanto del bebé 2

Existen cacharros tecnológicos que nos dicen por qué llora el bebé, aplicaciones del móvil con la misma función, hasta largos capítulos de libros que nos dicen cómo es el llanto según lo que necesitan en cada momento. Cada cual que busque la información que más necesite y le haga sentir más tranquilo, pero yo como padre nunca me he molestado en saber por qué llora, sino simplemente en conseguir que deje de hacerlo, y curiosamente los brazos y el pecho (y no por este orden, pero es que yo no tengo pecho) han sido siempre una magnífica solución.

De inicio, la mayoría de llantos se deberán a hambre o a algo que la succión del pecho calma (frío o necesidad de afecto). Así que lo más lógico, cuando un bebé llora, es ofrecerle el pecho (ya lo dicen, a demanda). Si lo coge y se queda mamando era eso, hambre. Si mama un ratito y se queda tranquilo en los brazos de mamá podría ser hambre, pero también necesidad de estar con mamá para sentirse seguro, o frío y en brazos está calentito.

Si en cambio mama un ratito y luego sigue llorando deberemos pensar que la causa del llanto puede ser otra (también podría ser hambre y que haya algún problema a la hora de mamar, como un mal agarre, y que el niño no esté comiendo suficiente, pero partamos de la base de que el niño engorda de un modo normal). Entonces debemos valorar que tenga el pañal limpio (aunque dicen que los bebés no lloran por tener caca en el pañal), que esté a temperatura agradable, ni frío ni calor y que lo que necesite sea dormir.

Yo diría que, después del hambre, el segundo motivo más frecuente es el sueño y la necesidad de sentirse seguros, a salvo, en brazos.

Entonces, ¿puedo cogerle en brazos?

Pues claro, tantas veces como quieras. De hecho, si quieres, hasta puedes tenerlo siempre en brazos. Cuando un bebé está siempre en brazos, o cerca de mamá cogido con un pañuelo o fular, como las africanas o como las madres que hacen el método Madre Canguro, tienen muchos menos motivos para llorar y apenas se quejan más que para comer y poco más.

El tema está en que, de igual modo que a otros adultos a los que amamos podemos darles tantos abrazos y besos como nos pidan, a los niños podemos darles también tantos brazos y besos como necesiten. De hecho, la misma Academia Americana de Pediatría lo recomienda:

Durante los primeros meses, responda con prontitud al llanto de su hijo. No es posible malcriar a un bebé pequeño por el hecho de prestarle atención.

Y es una pena que haya que explicarlo con palabras, que haya que hacer racional algo tan instintivo como coger a un bebé que llora, pero como alguien consiguió convencer a todo el mundo de que debíamos luchar contra los instintos, argumentando que eso era negativo, ahora hay que explicar lo contrario, que el instinto de protección, el que nos hace correr a coger a nuestro bebé que llora, es correcto.

Así que si un bebé llora y no quiere comer, podemos (debemos) cogerle en nuestros brazos y mecerlo, cantarle, hablarle, envolverlo en una mantita para que se sienta seguro, si hace falta, pasearle, acariciarle, besarle,... con esto la gran mayoría de niños se calmarán. Sólo unos pocos seguirán llorando, y entonces habrá que mirar si puede tener algún problema físico, como el síndrome del torniquete por pelos o cabellos o valorar la posibilidad de que necesite estar solo. A mí mis hijos nunca me lo han pedido, pero hay padres que relatan que sus hijos se calman antes cuando están solos que cuando están abrazados, cogidos y acompañados.

Esos llantos de la tarde y la noche

El llanto del bebé 3

Se dice que cuando los niños lloran por las tardes, a eso de las seis y en adelante durante un rato, un llanto que no se puede calmar ni con el pecho, ni con los brazos, ni con música, ni con ruido blanco, ni con nada, es porque tienen cólicos, es decir dolor de barriga. Yo no digo que sea mentira, porque hasta que llegue el momento en que los bebés hablen y digan "Dios, qué dolor de barriga", nadie puede afirmar que no es cierto o que lo es, pero para mí no tiene mucho sentido que sea dolor abdominal si luego por la noche, o por la mañana, no se quejan de ello. Porque digo yo que si a un bebé le duele la tripa porque es inmaduro le dolerá también a otras horas, ¿no?

La otra explicación es la del "hasta aquí he llegado", que a mí me gusta más. Los bebés ya no están en la barriga, están fuera, viviendo nuevas sensaciones en forma de olores, luces, sombras, ruidos, brazos desconocidos, voces nuevas, ratos de sueño y ratos de vigilia, sensaciones táctiles nuevas, etc. Todo ello puede hacer que por la tarde, cuando ya han vivido muchas de estas cosas durante varias horas, sus pequeños e inmaduros cerebros se saturen y digan que "hasta aquí", y que descarguen todo ese agobio llorando.

Quizás también me equivoque, pero me parece una explicación más plausible porque cuando se les dice a las madres y a los padres que traten de prevenir ese momento, obviando el cochecito (donde los niños pueden sentirse solos e intranquilos, aún cuando no lloran), tratando de que el bebé no vaya de brazos en brazos (ya habrá tiempo para que familiares y amigos le cojan, y además, ¿no decían todos que es malo cogerlo?), evitando ruidos innecesarios, etc., parece que los bebés están más tranquilos y por la tarde lloran menos.

En cualquier caso, sea cual sea la causa, y lo llamemos como lo llamemos, porque ahora ya no se dice cólicos sino llanto incontrolable del bebé, todo padre y madre debe saber que tarde o temprano dejará de suceder. El bebé dejará de hacer esos episodios de llanto y la razón será que ha madurado, que su cerebro o su estómago e intestino han madurado y que ahora ya no molesta o es más capaz de adaptarse al medio en que vive.

¿Y si no soporto que llore tanto?

A veces pasa, hay padres con muy poca paciencia que no pueden soportar que su hijo llore y llore, y aún menos cuando ven que hacen todo lo posible por calmarles y no lo consiguen. Si llegas al punto de que estás a punto de perder la razón deja al bebé con otra persona. Cuanto no lo soportamos más nuestra parte racional se bloquea y entra a funcionar el modo automático, también llamado cerebro reptil, que activa el modo de huida y lucha.

No huimos, porque no podemos salir corriendo, pues seguimos con nuestro bebé en brazos, pero sí nos preparamos para la lucha. El corazón se acelera, se segrega adrenalina, el cuerpo se tensa y sólo entran ganas de descargar el aumento súbito de energía luchando contra lo que nos molesta. No vamos a luchar con el bebé, pero sí corremos el riesgo de zarandearlo o agitarlo mientras le gritamos que se calle de una vez. Esto es peligrosísimo, porque la fuerza con que podemos sacudir a un bebé es tanta que podemos ocasionarle graves daños cerebrales.

Por eso, como digo, si sentimos que ese momento está a punto de llegar, o le damos el bebé a alguien o, si estamos solos, lo dejamos solo en un sitio seguro y nos alejamos de él. Vale más que llore solo mientras nosotros le gritamos al sol que no que por no soltarlo pongamos su vida en peligro.

Y si esto sucede luego, de día, en los momentos en que estamos tranquilos con el bebé, tratamos de compartir tiempo juntos, tiempo de tranquilidad, de comprensión y de cariño, para establecer vínculos con él, para conocerle en los buenos momentos, para tratar de racionalizar esos instantes en que perdemos la paciencia y lograr entender por qué lloran. Cuando tenemos claro que lo hacen porque sufren, y no para fastidiar y cuando tenemos claro que lo que nos piden es ayuda, es más fácil compartir esas horas tan duras con ellos. Y sobre todo, debemos saber, como he dicho, que con el tiempo pasa.

Fotos | Jon Collier, Pedro Klien, Tatiana Vdb en Flickr En Bebés y más | El llanto excesivo en la infancia podría derivar en problemas de comportamiento, ¿Qué efectos físicos tiene el llanto en los bebés?, Por qué los niños se calman cuando los coges en brazos

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