La primera visita del bebé en el centro de salud

La primera visita del bebé en el centro de salud
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Acabáis de ser padres, os dan de alta del hospital y os dicen que a partir de ahora los controles médicos se llevarán a cabo en el centro de atención primaria, también llamado área básica de salud o comúnmente ambulatorio, que es como se le llamaba antes.

Hace unos años te ibas de alta del hospital en el tercer o cuarto día después de parir, a veces incluso más tarde, según si el parto había sido vaginal y todo había ido bien o si había sido mediante cesárea. Ahora el tiempo de estancia se ha reducido hasta el punto que hay padres que al segundo día ya se van para casa (ya sabéis, estamos en crisis y dormir en un hospital cuesta mucho dinero).

Esto hace que muchos de los problemas que aparecen en los recién nacidos cuando ya tienen más de 48 horas, como por ejemplo el estar comiendo medio bien, mal o fatal, o el dormir también de noche como si fuera de día (despertándose 237 veces), suceda en casa, cuando los padres sienten que están haciendo algo mal.

Por esta razón lo recomendable es que en cuanto los padres salgan de alta y vayan a hacer todos los papeleos, pidan hora en el centro de salud para la primera visita al bebé para que allí hagan la primera revisión (en la que se observa lo que comentaré a continuación) y resuelvan todas las posibles dudas.

El control de peso, estatura y perímetro craneal en la primera visita del bebé

Controlar el peso de los niños es una de las cosas que a los padres les parece más importantes y que en realidad menos relevante es, a menos que el niño sea un recién nacido. La mayoría de los niños engordan y crecen perfectamente y no hace falta medirlos y pesarlos porque sólo con echarles un vistazo ya se sabe si la cosa va bien o si podría haber algún problema. Sin embargo estamos acostumbrados a que nos pesen y midan al niño y parece que no nos vamos tranquilos a casa hasta que el pediatra nos dice que “uff, cuánto ha crecido” o que “está ganando peso perfectamente”.

Como digo, a los bebés recién nacidos sí hay que pesarlos porque saliendo de alta del hospital, el mayor problema que pueden tener es que estén comiendo poco. El peso que tenga el día de la visita se contrasta con el peso que hizo al irse de alta del hospital y con el peso con el que nació. El objetivo es ver que después de perder peso durante los primeros 2-3 días, algo lógico y normal, el bebé ha empezado ya a ganar peso.

Digamos que es preocupante cuando un bebé llega a perder el 10% de su peso corporal (si pesa un 10% menos del peso con el que nació), pero normalmente se intenta no llegar a ese límite, y si se ve que la tendencia es a la baja se empiezan a buscar soluciones. Es decir, no suele decirse “tranquila, que aún está por el 8% y no llega al 10%”, sino que si ha perdido ya un 8%, por decir algo, y da la sensación de que va a seguir perdiendo, los profesionales intentan encontrar las causas para ofrecer soluciones.

Después de pesarlo, el pediatra (o la enfermera) medirá al bebé, que puede haber crecido algún centímetro, o incluso puede medir menos que en el hospital (no es que encojan, sino que quizás allí hubo algún error al medir o anotar) y medirán también el perímetro craneal, más que nada para tener una referencia de que todo es normal, pues no habrá variado demasiado con respecto a las medidas al nacer.

Auscultación cardiopulmonar

En la primera visita al centro de salud se suele hacer un pequeño examen cardiopulmonar, que consiste en auscultar el pecho del bebé para comprobar que el corazón late con normalidad y que la respiración es correcta.

Valoración del estado general

Además de medir la cabecita del bebé se comprueba el aspecto de la cabeza y se miden las fontanelas, que no deben estar ni abombadas ni hundidas, se comprueba el estado del ombligo, que podría haber caído ya (el cordón umbilical, que no el ombligo) o podría estar todavía bastante fresco en algunas zonas, se palpa el abdomen del bebé, se observa el aparato genitourinario y se valora el color de la piel (por si el bebé tiene ictericia). También se examinan los órganos de los sentidos: los ojos, la nariz y los oídos.

Valoración del aparato locomotor y del sistema nervioso

Otra de las valoraciones que lleva a cabo el pediatra es la del aparato locomotor y la del sistema nervioso del bebé. Se comprueban las caderas y se observan los pliegues de la piel en esa zona, para descartar posibles luxaciones o subluxaciones, se miran las piernas y los pies, la simetría en el movimiento de los brazos, por si pudiera haber alguna fractura de clavícula no observada en el hospital y se hace un examen de los reflejos del bebé: algo así como una ITV para ver que el lactante hace todo lo que tiene que hacer.

La alimentación del bebé los primeros días

Otra de las cosas de las que se habla en esta primera visita, si no se ha tocado ya el tema en el momento de controlar el peso, es de la alimentación: cómo se le está alimentando, cada cuánto come, si regurgita, cómo son las deposiciones, cada cuánto las hace, si hay molestias a la hora de mamar, si hay grietas en los pezones, etc.

Otras dudas que pudieran haber surgido

Finalmente, la madre (y el padre) puede exponer las dudas que pudieran haber surgido los primeros días y que no hayan sido todavía resueltas. Las más habituales suelen ir relacionadas con el sueño, ya que los bebés pueden tener algunos días en los que se despiertan mucho más que otros, con la piel, puesto que todos los bebés se pelan irremediablemente, con las uñas, porque algunos se arañan y las madres no saben cuándo ni cómo cortárselas y con la ropa, porque les preocupa mucho que su bebé vaya excesivamente abrigado o demasiado fresco.

Foto | A4gpa en Flickr
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