Cuando las incubadoras se exhibían en ferias... con el bebé dentro

Cuando las incubadoras se exhibían en ferias... con el bebé dentro
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La mujer barbuda, niños con malformaciones y prematuros en su incubadora. No eran raras las "ferias frikies" la primera mitad del siglo XX, una especie de "parada de los monstruos". Hoy en día una exhibición semejante sería impensable, aunque ya en su época hubiera voces que dudaran de la eticidad de dicha muestra. Porque exhibir a un bebé prematuro dentro de una incubadora como si fuera un mono de feria no iba a ser bien recibido por todos.

Por muchos sí, que incluso pagaban por verlos en las ferias, en casetas montadas para llamar la atención del visitante. Como las de cualquier atracción. Solo que estas tenían un fin encomiable: seguir llevando adelante a más bebés prematuros con una técnica que aún no estaba extendida en los hospitales y que seguía perfeccionándose. Una especie de mezcla entre el morbo de la supervivencia humana y los avances técnicos que permitían que en una caja salieran adelante esos bebés antes condenados.

La historia de la incubadora es antigua y apasionante, y cuando la analizábamos por extenso ya hablábamos de este tipo de exhibiciones a principios del siglo XX que se llevaban a cabo por todo Estados Unidos. Ahora ha salido a la luz la historia de un doctor que investigó las incubadoras y permitió que sobrevivieran muchos niños prematuros que hacía unos años hubieran sido desahuciados. Y este doctor exhibía a esos pequeños en sus "nidos".

El doctor Martin Couney se defendía de las críticas que en su época lo acusaban de empresario por querer sacar dinero de los bebés diciendo que esa recaudación le permitía seguir cuidando cada vez más niños y seguir mejorando la técnica de la incubadora, que en aquella época aún avanzaba muy lentamente. Por supuesto, si había alguien agradecido a este doctor eran las familias de los bebés prematuros.

Doctor Martin Couney

Hay testimonios de bebés que él sacó adelante, hoy ancianos y ancianas, que también recuerdan la figura del doctor con agradecimiento y emoción, sin importarles que una vez fueran "objetos de feria", viendo aquellas exhibiciones como algo anecdótico y curioso en una época en la que la mayoría de los bebés diminutos morían.

El propio doctor estimó que entre 1903 y 1943 mantuvo vivos a 7.500 de los 8.500 prematuros que pasaron por sus incubadores de exhibición. Allí, los bebés no solo tenían el cuidado de la caja que los mantenía calientes y aislados, sino que los neonatos eran atendidos por médicos y enfermeras que hacían turnos.

En fin, estamos ante un periodo peculiar de la historia, cuando las incubadoras distaban mucho de estar extendidas en los hospitales y de ofrecer los avances que hoy tienen gracias a personas como este doctor que creía en las posibilidades de esta técnica. Tal vez no se le pueda tachar de oportunista, si necesitaba un dinero para seguir investigando y salvando bebés. Más que un empresario avaro, lo veo como un hombre orgulloso de su trabajo.

Quiero pensar que en las exhibiciones de incubadoras con el bebé prematuro dentro se admiraba la supervivencia y no se ponía en riesgo a los recién nacidos. Además, los padres daban su consentimiento para que se mostrara a sus bebés, tal vez conscientes de que extender la creencia y la confianza en la novedosa técnica salvaría más vidas en el futuro.

Vía | BBC
En Bebés y más | Historia de la incubadora

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