Cinco consejos para cuidar la piel del recién nacido

Cinco consejos para cuidar la piel del recién nacido
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La piel del recién nacido es extremadamente sensible. A diferencia de la piel de los adultos, la de los bebés no tiene las defensas suficientes para hacer frente a las agresiones externas.

Al ser tan vulnerable, su delicada piel necesita unos cuidados especiales, por tanto os damos cinco consejos que debes tener en cuenta para cuidar la piel del recién nacido.

El baño: corto o limpieza por partes

Durante las primeras semanas de vida, debes bañar al bebé un máximo de 2 ó 3 veces a la semana durante no más de cinco minutos.

Debes utilizar una jabón suave líquido que tenga un pH de 4 a 4’5. Son jabones que no hacen casi espuma, son así, no hace falta que uses más cantidad.

Lo más recomendable mientras el bebé todavía tiene el cordón umbilical es hacer una limpieza por partes, lo que se conoce como el lavado del gato. Consiste en un lavadito rápido con esponja y agua caliente.

Si vas a darle un baño completo, tiene que ser rápido y secando muy bien la zona del cordón umbilical para evitar que se reblandezca y se ralentice su caída.

La piel bien hidratada siempre

La piel de los bebés es más fina que la de los adultos, tiene menos capas que la protegen y las células que la forman están más separadas. Esto hace que el agua se absorba más y se pierda más, e influye en su sistema de barrera y su elasticidad.

Por ello, hidrata la piel del bebé una o dos veces al día. Es preferible que lo hagas varias veces con poco producto que aplicar gran cantidad pocas veces.

Lo mejor es darle la crema después del baño acompañado de un suave masaje. Esto ayudará además a que el bebé se relaje, así como para aliviar los cólicos del lactante. Los productos deben ser emolientes o aceites específicos para la piel del recién nacido.

Proteger del sol la piel del bebé

La piel de los más pequeños tiene pocos melanocitos que la protejan, por tanto la recomendación es evitar la exposición al sol de los niños antes de los seis meses.

No se les debe poner crema solar a los bebés antes de los seis meses por tanto, la protección debe ser total, es decir, mantener al bebé a la sombra en las horas centrales del día, salir a pasear con capota o sombrilla en el cochecito y si va en brazos o en un portabebé, evitar que le de el sol directo.

A partir de los seis meses ya se le puede aplicar la crema o emulsión solar con un factor de protección 50, pero igualmente hay que evitar exponer al bebé en las horas de sol más intensas.

La piel del culete, siempre limpia

Las cacas y la orina contienen bacterias muy irritantes para la delicada piel del bebé, y afectan de forma diferente según el tipo de piel de cada niño.

Por lo tanto, se recomienda la utilización de pañales con alto nivel de absorción capaces de mantener seco el culito del bebé el mayor tiempo posible, y cambiarlo de forma frecuente.

En cada cambio de pañal hay que limpiar la piel con una esponja humedecida o con toallitas para bebé, siempre que no contengan un conservante vinculado con casos de dermatitis atópica, procurando limpiar bien los pliegues.

Una vez limpia la piel, se recomienda aplicar una crema en pasta o pomada que sirva de barrera directa frente a las heces y la humedad ante los primeros síntomas de irritación.

La ropa, de tejidos naturales

Los cuidados básicos también incluyen la ropa que estará en contacto permanente con la piel del bebé. Debes usar siempre tejidos naturales como el algodón, transpirable y elaborado con productos libres de sustancias químicas.

El lavado debe realizarse con detergente suave para la ropa, sin suavizantes ni lejías, ya que pueden quedar productos químicos adheridos a las fibras e irritar la piel del bebé. También debes quitar etiquetas y evitar costuras o pliegues que puedan provocar rozaduras.

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