Pasar una gasa metida en la vagina de la madre por la cara del bebé que nace por cesárea podría mejorar su sistema inmunitario

Pasar una gasa metida en la vagina de la madre por la cara del bebé que nace por cesárea podría mejorar su sistema inmunitario
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En los últimos años se ha abierto una línea de investigación muy interesante acerca del sistema inmunitario de los bebés y su relación con la flora intestinal de la que se contaminan al nacer, hasta el punto que se ha visto que no es lo mismo nacer vía vaginal que nacer por cesárea, porque las bacterias que pasan a formar parte del bebé son muy diferentes.

Con la intención de tratar de ayudar a los bebés nacidos por cesárea a tener una flora intestinal similar a la que tendrían de haber nacido por parto vaginal, un grupo de investigadores ha probado una medida bastante rudimentaria pero efectiva: pasar una gasa metida en la vagina de la madre por la cara del bebé para que tenga una mejor microbiota intestinal y, en consecuencia, un mejor sistema inmunitario.

¿Por qué contaminar al bebé con la madre?

Los bebés nacen estériles. Esto quiere decir que nacen sin flora intestinal, preparaditos para colonizarse en cuanto entren en contacto con la madre, de sus bacterias varias. Esto es así porque todas las bacterias de la madre son ya conocidas en cierto modo por el bebé, que es el hijo.

Cuando un bebé nace por cesárea lo que sucede es que no pasa por el canal del parto, y en consecuencia no se coloniza de sus bacterias, sino que las coge del entorno en el que está. Por poner un ejemplo, los bebés nacidos por cesárea tienden a colonizarse más frecuentemente por la bacteria Clostridium difficile, que suele estar en el sistema digestivo de personas que suelen pasar mucho tiempo en los hospitales, y sufren la ausencia de otras bacterias como Bifidobacterias y Bacteroides, de las que se acaban contaminando con el paso de las semanas, siempre en menor cantidad que los que nacen vía vaginal.

Lo que esto representa para el bebé tiene que ver con la respuesta inmune a largo plazo. Por ejemplo, se ha visto que los bebés que nacen por cesárea podrían tener más riesgo de padecer alergias y según el estudio que comentamos hoy, se asocia también con "un mayor riesgo de trastornos inmunológicos y metabólicos". Y es que nacer por cesárea parece estar relacionado también con enfermedades como asma, obesidad y diabetes.

¿Pasar una gasa metida en la vagina por la cara del bebé?

Pues sí. Explicado así suena a guarrada, a "qué necesidad hay de hacer algo así", pero en realidad no deja de ser un acercamiento a lo que el bebé habría vivido de haber nacido vía vaginal: si Mahoma no va a la montaña la montaña va a Mahoma.

Según el estudio y tal y como leemos en 20 minutos, introducir unas gasas en la vagina de la madre para impregnarlas de sus microorganismos y luego pasarlas por la cara del bebé al nacer por cesárea ayudó a que los bebés estudiados tuvieran una microbiota intestinal, anal y en la piel, muy similar a la de los bebés nacidos por vía vaginal.

Como conclusión, los autores del estudio explicaron que, aunque no están claras las consecuencias para la salud a largo plazo que este método podría provocar (no está cuantificado cuál sería el beneficio de restaurar las bacterias que no reciben al nacer por cesárea), los resultados demuestran que es posible conseguirlo, por si se quiere hacer.

Vamos, que es posible que dentro de un tiempo a los bebés que vayan a nacer por cesárea se les realice dicho "lavado" con gasas de la vagina de la madre con el fin de mejorar sus microbiotas y paliar los posibles efectos de esa ausencia de bacterias maternas.

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