No todo es cansancio y sacrificio, la maternidad también da grandes momentos diarios de felicidad
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No todo es cansancio y sacrificio, la maternidad también da grandes momentos diarios de felicidad

Como madre, editora y bloguera de maternidad, sé muy bien y de primera mano, que existen pocos temas y vivencias tan complejos, bipolares y profundos como la crianza de los hijos y todo lo que ésta engloba: desde cómo hacerlo, la experiencias que vivimos, y los sentimientos y enseñanzas que ésta nos deja.

También sé con certeza algo de lo que he hablado en distintas ocasiones: la maternidad no es color de rosa, pero esto no quiere decir que es total oscuridad. Cada vez es más común que las blogueras hablemos de maternidad real, y eso está bien. Pero también, tenemos que recordar y repetir esto: no todo es cansancio y sacrificio, pues la maternidad también nos da momentos diarios de felicidad.

Intentar resumir la maternidad en un artículo es algo muy complicado. No podría incluir todo lo que ésta conlleva, todos sus matices, contrastes, luces y sombras en tan pocas palabras. De igual forma, no podemos definir la maternidad como una sola cosa o con una sola palabra, como "buena" o "difícil".

Cuando nos convertimos en madres, nos damos cuenta de que no es esa experiencia soñada que nos dijeron en la que todo era ilusión, dulzura y perfección. Nuestro primer encuentro con la maternidad tangible llega en el postparto, la que desde mi punto de vista es una de las etapas más difíciles de ser madre.

En esas primeras semanas nos enfrentamos a un choque de realidad del que nadie nos contó o advirtió, precisamente porque es tan oscuro y confuso, que muchas de nosotras nos sentimos culpables por no sentir que ser madre es lo mejor del mundo en ese momento, y decidimos no hablar sobre ello.

Afortunadamente, cada vez es más común leer experiencias y ver fotografías más realistas de la maternidad, que nos enseñan sus luces y sombras, que nos hablan de esos momentos difíciles, en los que sentimos que no estamos haciendo bien las cosas o que nos sentimos perdidas, y que nos ayudan a sentirnos menos solas durante momentos así, al saber que no somos las únicas que pasamos por eso.

Pero también, con el paso de los meses nos damos cuenta que la maternidad no es como el postparto (y menos mal que no es así). Desde luego, llegan otros retos y situaciones que nos exigen un esfuerzo distinto, y que nos llevan a hablar acerca de todos los sacrificios que implica el ser madre.

Y aunque estoy completamente a favor de que se hable de la maternidad de una forma real, no me agrada esa tendencia a pintarnos como mujeres abnegadas y sacrificadas que han dejado todo por haber elegido ser madres. Porque la realidad no es así y no podemos resumir ni definir la maternidad solamente como eso.

Pero la maternidad tampoco es tan ideal como la vemos en Instagram

Mama Feliz Con Hijo

Es cierto, la maternidad no es como se refleja en redes sociales y muchas madres estamos cansadas de escuchar o ver que todo es color de rosa, pero tampoco hay que caer en decir y repetirnos entre nosotras (y a los demás) que todo es cansancio, dolor y sacrificios.

Personalmente considero que es absurdo intentar hacer una comparación entre tener hijos y no tenerlos, simplemente porque no hay una forma o manera de compararlos. Son experiencias de vida completamente diferentes, que naturalmente, nos proporcionan diferentes tipos de felicidad.

El "problema" con la maternidad es que mucha de esa felicidad no suena tan rimbombante como decir que se viaja por el mundo y no es tan fácil de capturar como esas fotos impresionantes que vemos en Instagram. Pero si nos detenemos a pensarlo un momento, tener hijos nos da mucho más de lo que se ve a simple vista o en una fotografía.

Solo cuando nos convertimos en madres, podemos darnos cuenta de ésto y comprendemos el valor de todos esos pequeños pero diarios momentos de amor y alegría que nos regala la maternidad. Un abrazo alrededor de tu cuello, una sonrisa llena de pequeños dientes, un comentario lleno de inocencia o ilusión, unas pequeñas manos que te acarician el rostro, una vocecita dulce que dice "te quiero". Y la lista sigue y sigue.

Ser madre es algo genial, aunque a veces difícil de describir, pero siempre le digo a mis amigas sin hijos, que sí, que es muy cansado la mayoría del tiempo, pero que todo ese cansancio se compensa en felicidad y alegrías, que ninguna otra experiencia de vida puede regalarte. Simplemente no hay nada que se compare a tener hijos.

Desde mi punto de vista, la felicidad, aunque es posible capturarla en una fotografía con una gran sonrisa, no se limita solo a eso. Y por ello, me gustaría que evitemos hacer esos comentarios de sacrificio y negatividad entre nosotras y dejemos de usarlos también como advertencia a futuras madres o madres recientes.

Seamos realistas, pues no se trata de pintar la maternidad como una experiencia de ensueño, pero tampoco sigamos perpetuando esa idea de madres abnegadas y sacrificadas. No minimicemos esas grandes emociones y momentos que mejoran y te llenan el corazón cuando tienes hijos.

Y como lo dije hace tiempo: la maternidad real podrá no ser glamorosa y no siempre luciremos radiantes o nos sentiremos llenas de energía, pero sin duda es una de las experiencias más completas y hermosas que la vida nos puede regalar.

Fotos | Unsplash

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