Ayer mismo nos hablaba Lola del síndrome del abuelo esclavo y en más de una ocasión nos hemos acordado de aquellos abuelos que, por diversos motivos, y entre ellos el retraso de la edad media de las parejas al tener el primer hijo, se dedican al cuidado de sus nietos con una edad ya avanzada que les hace tener algunas de sus capacidades algo mermadas.
Algo así parece que sucedió hace 3 días en el País Vasco, cuando un abuelo acudió a un colegio equivocado a recoger a su nieto y acabó llevándose a otro niño.
La familia de este niño, al ver que había desaparecido, alertó inmediatamente a la Ertzaintza que inició una investigación que culminó dos horas después, cuando descubrieron que en un colegio cercano había un segundo niño, el auténtico nieto, al que nadie había ido a buscar.
Los agentes se pusieron en contacto con ambas familias para que cada niño pudiera quedarse finalmente con sus familiares y la historia acabó bien, aunque con un buen susto, seguro, para las dos familias.
El colegio entregó al niño al abuelo desconocido
Es tremendamente grave que un colegio (probablemente una guardería, puesto que el niño tiene un año y medio) entregara al niño a un abuelo desconocido. Lo más habitual es que al iniciar el curso escolar soliciten el nombre y los apellidos de las personas que durante el curso podrían acudir a recoger a los niños y, si un día viene una persona desconocida, solicitarle el DNI para verificar que se trata de una de las personas autorizadas.
Sin embargo esta medida de seguridad no funcionó y un abuelo desconocido acabó por llevarse a un niño que no era su nieto con el que estuvo dos horas hasta que el embrollo se aclaró. Da que pensar acerca de la seguridad de nuestros hijos a la salida del colegio (aunque tampoco me extraña demasiado, puesto que hay días que cuando vamos a recoger a nuestro hijo, una maestra nueva de este año nos pregunta el nombre del niño que venimos a buscar…).
El abuelo no acertó ni una
Que el colegio entregara a un niño a un desconocido es un grave error que debe servir para modificar la manera de actuar en la salida, pero casi más grave me parece que acuda a recoger a un niño una persona incapaz de saber en qué colegio está su nieto y, lo que es peor, incapaz de darse cuenta de que el niño que recoge no es su nieto.
Nada menos que dos horas tuvo de margen este buen hombre para darse cuenta de que el niño que iba con él no era su nieto y, al parecer, no debió percatarse, porque tuvo que ser la Ertzaintza quien resolviera el caso de desaparición.
Esto también da que pensar acerca del estado mental de nuestros mayores y de hasta dónde están capacitados para cuidar de nuestros hijos. No digo que los abuelos no sean capaces de llevar dicha responsabilidad, ya que la mayoría gozan de buena salud y de mucha predisposición, pero como he comentado en otras ocasiones, a veces te encuentras abuelitos “de dominó” tirando de cochecito y, la verdad, la imagen es un claro reflejo de lo extraño que llega a ser a veces el funcionamiento de nuestra sociedad.
Vía | El correo
Foto | Cambodia4kidsorg en Flickr
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