Madre de tres hijos afirma que desde que fuma marihuana es mejor madre

Madre de tres hijos afirma que desde que fuma marihuana es mejor madre
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Ser madre no siempre es fácil, o no lo es para todo el mundo, pues hay personas con más capacidades, más paciencia o más "arte" a la hora de organizarse. Si no eres madre de solo un hijo, sino que tienes tres, la ecuación se puede complicar hasta el punto de buscar una solución.

Esto es lo que hizo Lea Grover, una madre de dos niñas gemelas y una tercera más pequeña, que escribe libros sobre maternidad, que un día, estando de los nervios, decidió fumar marihuana y notó que todo se le hacía más fácil. A raíz de ese momento, suele consumir y no solo eso, ha escrito en Cosmopolitan su historia afirmando que desde que fuma marihuana es mejor madre.

Cuándo empezó todo

Según relata en Cosmopolitan estaba un día sola en casa con sus dos gemelas de 1 año. Estaba agotada. Una lloraba y no sabía por qué. La otra reía y, por alguna razón, esa combinación le hizo sentir aún peor. Se fue al lavabo e hizo lo que llevaba once años sin hacer, dar dos caladas a un porro de marihuana que, según comenta, es lo que a ella le basta para sentir ya sus efectos.

Cuando al volver fue a cambiar los pañales de las niñas notó que algo había cambiado. Siempre había notado que con la marihuana era más empática, y al estar con sus bebés notó que eso le ayudaba. Al quejarse una de sus hijas entendió enseguida que estaba incómoda por el pañal, así que le cambió y la niña cambió su humor. Al parecer, siempre corre con el pañal para que el pipí no se escape entre un pañal y otro. Pero después de fumar ya no tenía tanta prisa. A la niña se le escapó y ella simplemente lo limpió:

¿Y qué si ella hace pis? ¡Ella es feliz! Es un piso de madera y tengo un WetJet!

En ese momento se dio cuenta de que era una mejor madre si fumaba antes.

Solo fuma cuando está con sus hijas

Según comenta, evita depender de la marihuana porque se pone muy nerviosa si siente que los demás van a notar que ha fumado. Además, no lo hace si tiene que conducir. Pero si va a pasar el día con sus hijas en casa, entonces sí. Si va a estar sola con las niñas, sí fuma.

Con la marihuana tiene más paciencia, tarda más en frustrarse y enfadarse y es capaz de ver el mundo a través de los ojos de sus hijas, recordando así lo difícil que es ser un niño pequeño, incapaz de entender las cosas que son lógicas para los adultos. Con esta capacidad de empatizar, dice, "todos tenemos un día mejor".

Allí donde vive, la marihuana es ilegal

Lea vive en Chicago, donde la marihuana es ilegal a menos que la cantidad que llevas encima sea mínima. Como ella sabe que enseguida nota los efectos, no teme que le pase nada porque siempre usa poca cantidad. Además, no fuma delante de sus hijas ni lo hará, porque quiere que sean ellas las que tomen en el futuro sus propias decisiones al respecto.

Al menos, no toma ansiolíticos

Justifica su modo de actuar en la ansiedad y el estrés que genera el dedicarse a cuidar de tres niñas pequeñas, algo que sufre un gran número de personas que son padres o madres y cuidan de sus hijos. La diferencia, explica, es que ella no toma ansiolíticos como el alprazolam, sino que fuma marihuana porque "no tiene efectos secundarios raros ni causa adicción".

Además, solo recurre a ello si el día ha sido muy duro, cuando la situación se pone ya insostenible y las niñas están discutiendo por enésima vez en pocos minutos. Entonces desaparece 30 segundos y vuelve para controlar la situación con más calma: "con una sonrisa, nada menos".

Sus hijas merecen la mejor madre posible

Finalmente, en su escrito, explica que lo hace porque sabe que fumando es mejor madre para ellas y que sus hijas merecen a la mejor madre posible.

Además, en uno de sus libros sostiene que "cualquier cosa que pueda hacer que seas una mejor madre es una buena manera de criar".

¿Y qué tal si busca ayuda?

Y no lo digo porque sea adicta, en plan programa de desintoxicación. Es que aunque dice que no tiene efectos secundarios ni crea dependencia ella ya ha demostrado con sus palabras que es totalmente dependiente. Ha creado una versión alternativa de sí misma, controlada por la marihuana, sin la que ya no se siente capaz de cuidar de sus hijas. Imaginad su cara, su ansiedad, sus nervios y su excitación el día que vaya al lavabo a por sus 30 segundos de calma y vea que no le queda nada que fumar.

Necesita alguien que le ayude a empatizar, a entender por qué las niñas lloran, sufren, discuten y se pelean y a manejarlo. Alguien que le dé las herramientas que no tiene para gestionar esos momentos, ese tiempo en que su mente se bloquea y no sabe qué hacer.

Cuidar de tres niñas pequeñas requiere tener las facultades al 100%. No puede ser que las niñas estén riñendo y ella llegue sonriendo. No puede ser que una niña se caiga o se haga daño, quizás algo serio, y ella se lo tome con calma.

Y, como digo, escribe libros, y algunos son de maternidad. No seré yo quien compre o lea uno de esos libros.

También yo tengo tres hijos y también tienen momentos en que no sabes dónde meterte (o dónde meterlos), pero funciona mucho saber que son momentos que acaban pasando y tener claro algo que es muy importante: son niños, los niños hacen esas cosas, no lo harán el resto de sus vidas, y tú estás ahí para mediar cuando haga falta, con mayor o menor acierto pero, si puede ser, con tus plenas facultades. No puede ser que decida no fumar para conducir y sí lo haga para cuidar de sus hijas.

Así al menos lo veo yo. ¿Qué opináis vosotros?

Foto | Cosmopolitan
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