Una legisladora de Islandia interviene en el Parlamento amamantando a su bebé (y a nadie parece importarle)

Una legisladora de Islandia interviene en el Parlamento amamantando a su bebé (y a nadie parece importarle)
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¿Recordáis la que se lió a principios de año cuando Carolina Bescansa asistió al congreso con su bebé? La sociedad se dividió entre aquellos a los que le parecía estupendo, aquellos que vieron que era una reivindicación muy válida en pro de una conciliación que en España es para echarse unas risas, y aquellos que lo consideraron una provocación o una manera de dar la nota.

Sea cual sea la opinión de cada uno, creo que estamos todos de acuerdo al afirmar que conciliar la familia con el trabajo, en España, es misión imposible. No solo somos el país europeo con menos ayudas para las familias, sino que además estamos envejeciendo como población por momentos, de manera que difícilmente tendremos quien nos pague las pensiones cuando llegue nuestra jubilación.

El caso es que hay países que parece que nos llevan años de ventaja, como mínimo en respeto por la infancia, por la maternidad, por los bebés y sus necesidades, y una buena muestra de ello es la situación que se vivió hace cuatro días en el Parlamento islandés, cuando una legisladora fue llamada a intervenir y lo hizo amamantando a su bebé. Lo más curioso (o quizás no lo sea tanto y lo curioso en realidad sea lo nuestro) es que a nadie pareció importarle.

No esperaba que la llamaran para intervenir

Tal y como leemos en el Washington Post, la legisladora Unnur Bra Konradsdottir estaba sentada en el Parlamento amamantando a su hija de seis semanas de edad, cuando fue llamada inesperadamente a responder en un debate acerca de un proyecto de ley que ella misma había presentado tiempo atrás.

En ese momento se vio en el dilema de qué hacer, si separar a la bebé para ir al atril sin ella, a riesgo de que llorara, o simplemente seguir con lo que estaba haciendo, seguir amamantando a su bebé mientras intervenía y permitir de ese modo que la sesión prosiguiera.

Ante sus compañeros legisladores y delante de las cámaras, Konradsdottir se acercó al atril e intervino sin que se vieran gestos de extrañeza, de reprobación ni la llamaran al orden o tonterías así que en otros países somos muy dados a hacer.

Cuando algunos periodistas le preguntaron por ello, dijo lo siguiente:

Ella tenía hambre y yo no esperaba ir al púlpito. Es como cualquier trabajo: hay que hacer lo que hay que hacer. En realidad, es la cosa más natural del mundo (...) o bien tenía que separar a la niña del pecho y dejar que se quedara llorando junto a mi compañero de al lado o simplemente podía llevarla conmigo, y pensé que iba a causar menos molestias al llevarla conmigo.

Cuando la noticia es que dio el pecho

La bebé es el tercer hijo de Konradsdottir y nació el 1 de septiembre. Desde entonces ha acudido al Parlamento con ella en numerosas ocasiones, así que sus compañeros y colegas están más que habituados a su presencia, y no ha sido noticia hasta ahora, porque además es una bebé muy tranquila.

Con esto quiero decir que la noticia es que salió a intervenir en el púlpito dando el pecho y no que ella se la lleve al trabajo, o mejor dicho, la noticia es que salió a hablar amamantando y nadie la ha insultado: nadie ha dicho que lo que hace es postureo, nadie le ha dicho que se podría haber sacado la leche o que le podría dar leche artificial y nadie ha dicho que con quien debería estar es con el padre o con la abuela (Aceptémoslo: Spain is different, para lo bueno y para lo malo).

Y es que ni ella, ni Bescansa, ni todas las mujeres que se llevan a sus hijos al trabajo están diciendo que las mujeres tengan que ir a trabajar con sus bebés. Se confunde la acción con el juicio, como si estuvieran diciendo que quienes no lo hacen son peores madres o no aman a sus hijos. Solo están diciendo que aquellas que quieran, o puedan, o lo consideren oportuno, deberían poder hacerlo. Y más aún, están diciendo, a este mundo creado por los hombres blancos de mediana edad y para los hombres blancos de mediana edad, que olvida a todo el que no case con esa descripción (personas mayores, hombres que no son blancos, mujeres, niños y bebés), que muchas mujeres querrían poder cuidar de sus bebés, y sin embargo no pueden hacerlo.

Vídeo | Lára Hanna Einarsdóttir en YouTube
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