Cuando el bebé que toma leche materna engorda demasiado (y hasta te dicen que cambies a leche artificial)
Lactancia

Cuando el bebé que toma leche materna engorda demasiado (y hasta te dicen que cambies a leche artificial)

Una de las ventajas de que un bebé sea amamantado, en comparación con uno que no lo es, es que el riesgo de que en la edad adulta padezca obesidad es menor. Los bebés amamantados suelen engordar un poco menos que los que toman leche artificial y no se puede decir que alimente menos, sino todo lo contrario: los que toman biberón se pasan de peso porque la leche artificial contiene más proteínas y no ha logrado aún conseguir que los bebés engorden lo mismo que con la alimentación natural de toda la vida.

Sin embargo, sucede en ocasiones que algún bebé que toma leche materna engorda demasiado, o más de lo que se espera por el tipo de alimentación que recibe, y entonces aparecen las preocupaciones: que si no estará engordando demasiado, que si habría que darle de manera menos frecuente o, incluso, que podría ser bueno para él cambiarle a leche artificial. ¿Es así? ¿Es eso lo que hay que hacer? ¿Pasa algo si un bebé engorda mucho con leche materna?

Bebés que engordan mucho con leche materna

Seguro que conocéis alguno, o quizás seáis las madres o padres de uno de ellos. Solo toman teta, a demanda, como se recomienda, y ganan peso que dan hasta miedo. Yo he visto a bebés ganar cada semana 500 gramos, y ver que pronto se ponían como auténticos toros: grandes, gorditos y llenos de pliegues.

Hace unas semanas, en la revista Journal of Human Lactation hablaron de uno de estos bebés, que engordó mucho hasta los 6 meses, con lactancia materna exclusiva, y que siguió con leche materna y alimentación complementaria a pesar de que los médicos le recomendaron que dejara de darle el pecho, porque le engordaba (luego vamos con esto, que tiene miga). Durante ocho meses más, el bebé siguió aumentando a un ritmo similar, estando siempre en percentiles por encima del 97.

¿Por encima del 97? ¡Pero eso es demasiado!, pensaréis. Y sí, se sale de las tablas por arriba, así que habría que valorar también la altura. Al parecer, el bebé era también muy alto, y se salía igualmente de las tablas en estatura. La conclusión es que simplemente era un bebé grande. Muy alto y muy pesado porque era de constitución grande. ¿Quiere decir que será un adulto muy grande? Pues depende... es muy posible, pero puede suceder también que luego el crecimiento frene y se acerque más a la media.

Los bebés que engordan mucho tienen más riesgo de obesidad

Así es. Los bebés que engordan más de lo que deberían, como muchos de los que toman leche artificial, por su concentración elevada de proteínas, tienen más riesgo de obesidad en la edad adulta. Al parecer, cuanto más crezca y engorde un bebé en la infancia, más células adiposas crea (células que acumulan grasa). Pasada la infancia, el número de células adiposas no varía y entonces las diferencias de peso se producen por la grasa acumulada en estas células. Si se gana peso, se hacen más grandes. Si se pierde peso, disminuyen. De esto se extrae que cuantas más células se creen durante la infancia, más facilidad tendrá una persona para engordar en la edad adulta, pues más células adiposas tendrá.

Pero la ganancia de peso es multifactorial

Ahora bien, lo que gane de peso un bebé u otro no puede determinarse única y exclusivamente por la leche que toma. Es mejor que un bebé no gane tanto peso durante tanto tiempo, pero si lo hace con leche materna está claro que lo hará también con leche artificial (probablemente, por la cantidad de proteínas, ganaría un poco más). Por eso, aunque a esta madre le recomendaron dejar el pecho y pasarse al biberón, el resultado habría sido el mismo con un gran inconveniente: el bebé habría dejado de recibir la protección inmunitaria que aporta la leche materna.

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Algo similar vemos cuando un bebé no gana el peso que el pediatra considera que debería de ganar y le dice a la madre que le quite al bebé el pecho para darle biberón. Si el bebé está comiendo bien, si mama lo que necesita, el cambio no aporta ningún beneficio porque la leche artificial tiene las mismas calorías que la leche materna. Se le da biberón, se le quita la leche materna y resulta que no gana más peso, sino que sigue la misma tendencia (quizás algo más por las proteínas, pero lejos del cambio que espera el pediatra). ¿Resultado? Que se han cargado una lactancia sin necesidad.

Lo que deberían haber hecho es valorar si de verdad el bebé estaba comiendo de menos, porque si come a demanda, se queda saciado y no está irritable por hambre, el cambio es absurdo. Y si es así, si está comiendo menos de lo que necesita, entonces hay que buscar la razón, porque si solucionas la razón evitas el biberón. Puede ser un problema en la succión, un problema de la madre, que produce poca leche por alguna alteración hormonal o problema durante el parto, o puede ser que el bebé tenga algún problema (como una infección de orina) que no le deje ganar peso.

Bebés que engordan mucho hasta los 4-6 meses y luego frenan

Pero no todos son como el bebé que hemos comentado. Lo habitual, lo que suele pasar con los bebés que engordan mucho con leche materna y se te plantan con 4 meses pesando más de 7 u 8 kilos es que entonces empiecen a frenar. Dejan de ganar tanto peso y poco a poco van siendo alcanzados por otros niños que no venían tan grandes.

Por eso no hay que hacer nada ni antes ni después. Ni tratar de que coma menos, diciéndole a la madre algo tan absurdo como "dale de comer con horario", ni decirle "dale biberón" (porque si os fijáis, parece que el biberón es la solución a todo, tanto si gana poco como si gana mucho). Hay que seguir dando el pecho a demanda y después, cuando empiece a comer la alimentación complementaria, seguir alimentándole a demanda (tanto el pecho como la comida).

Yo mismo tuve un bebé, el mediano, que pese a nacer prematuro empezó a ganar peso de manera exagerada. Cada semana hacía de 250 a 300 gramos, sin parar, y había mañanas que al verle despertar nos asustábamos porque parecía que esa misma noche había dado un estirón a lo ancho. A los 4 meses pesaba más de 7 kilos y nos empezaron a decir que estaba comiendo demasiado. Pues bien, a partir de los 6 meses dejó de engordar tanto y empezó a frenar y frenar, hasta un punto en que al año de vida no llegaba a los 9 kilos: "pues menos mal que de bebé cogió tanto peso", nos dijo el mismo pediatra que nos sugirió que comiera menos.

Así que cuando una mamá llega a la consulta preocupada porque su bebé está engordando demasiado le digo lo mismo: "tranquila... es posible que luego deje de engordar tanto y entonces diremos 'menos mal que cogió tanto de bebé'".

¿Y si engordara demasiado, pero demasiado, siempre?

Si el bebé engordara de manera desmesurada siempre, y creciera mucho, de manera exagerada, habría que averiguar dónde está el problema. De nuevo, cambiarle una leche por otra no haría la diferencia, así que habría que buscar el factor que le hiciera engordar tanto (alteración hormonal probablemente).

Así que si tu bebé es uno de esos que engorda mucho de bebé y te recomiendan que empieces a darle de comer antes de tiempo o que cambies de leche, no hagas caso, porque no tiene sentido.

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