Niño de dos años: todo sobre alimentación, sueño, desarrollo y sociabilidad en esta etapa

Niño de dos años: todo sobre alimentación, sueño, desarrollo y sociabilidad en esta etapa
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Nuestro bebé ha cumplido dos años. Poco a poco, deja de ser un bebé para convertirse en un niño cada vez más autónomo e independientes, siendo una etapa clave en la infancia. Es la edad en la que se dan cuenta que son seres independientes de papá y mamá, y que empiezan a tomar decisiones por sí mismos.

Los niños de dos a tres años experimentan avances importantes no tanto física como intelectualmente. Veremos cuáles son los hitos más importantes en cuanto a alimentación, sueño, desarrollo y lenguaje y sociabilidad de los niños de dos años.

Alimentación del niño de dos años

Entre los dos y los tres años hacen su aparición los segundos molares, de modo que se irá completando su dentadura de leche y ya son capaces de morder y masticar muy bien. Deberíamos ya haber sustituído (si no lo hemos hecho hasta ahora) las papillas por los alimentos por trozos: los niños necesitan masticar y apreciar distintas texturas de cara a afianzar buenos hábitos alimenticios.

Con 24 meses, el niño coordina muy bien sus movimientos y durante esta etapa empezarán a comer con los cubiertos ellos solos, aunque aún necesitarán ayudarse de los dedos o de los adultos con determinados alimentos que no pueden pelar o con los que es más difícil manejarse, como las sopas.

Ya come prácticamente todos los alimentos, excepto aquellos con riesgo de atragantamiento como los frutos secos. Un menú sano y equilibrado para niños de dos a tres años debe incluir todos los alimentos y debe de ser variado para que las preferencias de los niños se diversifiquen.

Los alimentos excesivamente grasos, calóricos y azucarados no deben colocarse "al alcance" del niño y deben ser la excepción en sus dietas.

El ejemplo de los adultos, también en lo que se refiere a la alimentación, es fundamental, y si nosotros comemos de un modo sano es más fácil que ellos sean comientes sanos.

Tanto si el niño sigue tomando leche materna como si toma productos lácteos (yogures, queso fresco) se recomienda medio litro al día de leche. El niños ha de hacer todas las comidas del día, poniendo especial énfasis en un desayuno completo y equilibrado que le ayude a afrontar con energía el día.

De los dos a los tres años el niño ya come en la mesa con los padres siempre que sea posible. Compartir las comidas con el niño supone comunicarnos con él y hacer de ese momento un encuentro familiar agradable.

Como complemento a una comida sana, después de las comidas hay que ayudar al niño a lavarse los dientes y animarle a que poco a poco vaya haciéndolo él mismo.

El sueño en los niños de dos años

Los niños de dos a tres años tienen establecido un patrón más o menos estable de sueño. Algunos aún hacen una siesta por la mañana, aunque este hábito va desapareciendo, y otra por la tarde. Las horas nocturnas de sueño se alargan, aunque puede ser que se sigan despertando durante la noche, ya que el sueño maduro no llega realmente hasta los 5-6 años.

En total, duermen unas 10-13 horas, aunque cada niño es diferente y puede que algunos necesiten menos tiempo para estar descansados. De cualquier forma, el sueño es muy importante para el bienestar de los niños y hemos de procurar que duerman lo suficiente y que el descanso sea deseado, con rutinas agradables a la hora de ir a la cama. Les encanta escuchar cuentos o que recordemos lo que hemos vivido durante el día.

Puede ser que los niños durante esta etapa se sigan despertando, probablemente ya no por hambre, pero sí porque han tenido una pesadilla, nos pidan agua o simplemente quieran saber que estamos ahí para acompañarles.

Desarrollo del niño de dos años

Respecto al desarrollo de los niños de dos años, el hito más importante lo logró en la etapa anterior: sus primeros pasos. A partir de entonces efectúa progresos muy rápidos hacia la autonomía física. Éstos son algunos de los **rasgos que caracterizan el desarrollo de los niños de dos años:

  • Camina sin ayuda y empieza a correr.
  • Arrastra juguetes detrás de él mientras camina.
  • Carga uno o varios juguetes mientras anda.
  • Se pone de puntillas.
  • Sube y baja escaleras solo, un escalón cada paso, sosteniéndose de la barandilla o de la mano de un adulto.
  • Abre puertas.
  • Trepa a los muebles y baja de ellos.
  • Usa la cuchara y la taza de forma más o menos correcta.
  • Da la vuelta a un recipiente para sacar lo que hay dentro.
  • Chuta y lanza al aire una pelota.
  • Hace torres con cubos y los junta en línea si se le enseña.
  • Realiza en forma espontánea garabatos, líneas o círculos con una tiza o una cera.
  • Se lava y seca las manos.
  • Puede que empiece a mostrar preferencia por usar más una mano que otra, aunque a veces es pronto para saber si es diestro o zurdo.
  • Disfruta imitando a los adultos, tanto en movimientos como en gestos o palabras.
  • Algunos niños controlan los esfínteres durante el día alrededor de los 30 meses de edad, aunque es habitual que hasta los 4 o 5 años no se consiga del todo.

Como vemos, el niño ha ganado en independencia motora, lo cual supone que está expuesto a más peligros que anteriormente. Habremos de facilitarles un entorno seguro en el que se muevan con el mínimo peligro posible y asegurar ahora las partes altas del hogar (televisiones, jarrones sobre mesas), las tomas eléctricas y todos los armarios o cajones que contengan productos u objetos peligrosos.

No podemos perder de vista al niño ni un momento, pues en cuestión de segundos podría ponerse en peligro y sufrir algún daño.

Lenguaje y sociabilidad

El niño a los dos años es más consciente de sí mismo como una persona independiente de las demás, por eso empieza a referirse a sí mismo con su nombre o los apelativos familiares. Demuestra que entiende muchas palabras aunque no todas las puede decir y aún abrevie muchos términos.

Se emociona con la compañía de otros niños con los que les encanta jugar (también con los adultos) y es progresivamente más independiente. Empieza a mostrar un comportamiento disconforme y a veces desafiante ante los límites que le imponen los adultos. La ansiedad por la separación de los padres sufre altibajos durante esta edad.

Éstas son algunas de las características del lenguaje de los niños de dos años

  • Se refiere a sí mismo por su nombre.
  • Puede tener un vocabulario limitado, de 15 ó 20 palabras, e incluso juntarlas en frases de hasta 3 palabras.
  • Responde a órdenes o instrucciones verbales simples.
  • Señala objetos e imágenes cuando se las nombran
  • Reconoce los nombres de personas cercanas, objetos y partes del cuerpo
  • Usa frases sencillas, de 2 a 4 palabras
  • Repite palabras que ha escuchado en conversaciones ajenas
  • Tararea las canciones que conoce

A medida que pasan los meses el niño desarrolla un habla más clara y fácil de entender. Como en la etapa anterior, a los niños les encanta jugar e imitar, y ya que aprenden a través del juego, hemos de facilitarles ese desarrollo acompañándolos y animándolos. Les encanta escuchar cuentos, canciones y ver libros ilustrados.

También muestran más interés por los dibujos animados en la televisión, un hábito que hay que limitar para que no se pierda otras oportunidades de interactuar con los demás.

En casa, en el colegio o en la calle, los niños se divierten cada vez con actividades más variadas, viendo cuentos, dibujando, corriendo, en la bañera, jugando a cocinar, subiendo a los columpios, tocando instrumentos musicales... Cualquier actividad puede ser un juego que les estimule.

La mayor confianza e independencia del niño de dos años chocarán con lo que no puede hacer o conseguir y por lo tanto reaccionará con enfado ante sus límites o los impuestos por sus padres: son las rabietas, que vienen de la etapa anterior y nos acompañarán aún durante meses.

Nuestra paciencia, nuestra ayuda y apoyo es fundamental para superar sus enfados. Por más que pensemos que no nos entienden y las conductas que provocaron el enfado se repita, es cuestión de tiempo que el niño aprenda a expresarse mejor y a controlar esos arrebatos.

Su sociabilidad, su relación con los demás, dependerá de su carácter pero también de cómo nos relacionemos nosotros en familia y cómo afrontemos con el niño el día a día, cómo nos divirtamos y cómo superemos los enfados, cómo juguemos y cómo hablemos con ellos...

Pronto volveremos con una nueva etapa en el desarrollo del niño después de haber visto cómo crecen y aprenden los niños de dos años de edad.

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