Ansiedad, depresión y otros problemas psicológicos en la infancia: cuando los niños van a terapia

Ansiedad, depresión y otros problemas psicológicos en la infancia: cuando los niños van a terapia
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Si nos preguntan cuál ha sido la época más feliz de nuestras vidas, muchos contestaremos sin dudar: “cuando era un niño”. La infancia es un período que suele recordarse con melancolía, incluso para aquellas personas que han vivido situaciones duras en esa época.

Sin embargo, no siempre es así. Los niños también pueden deprimirse, experimentar ansiedad y otros problemas psicológicos. En las consultas de psicología infantil se tratan estos problemas buscando el origen de los síntomas y trabajando mucho con las familias.

Infancia feliz... con matices

Estando en la sala de espera de un centro de psicoterapia me fijé en un rincón en el que había una mesita con sillas pequeñas, colores, juguetes... Mi primer pensamiento fue que eran para que los niños se entretuvieran mientras sus padres acudían a terapia y, cuando me explicaron que eran los niños los pacientes, me sorprendí y me invadió una sensación de tristeza.

Pero, ¿la infancia no tiene que ser una época feliz? No necesariamente, responde María Sánchez Corrales, psicóloga infantil en Vinculo Psicoterapia:

“Existe un deseo compartido por la mayoría de madres y padres modernos de que sus hijos sean felices, pero ese deseo marca de una manera diferente cada infancia. Hay familias que consideran que el peso de esa felicidad ha de estar en formarse, otras en lo lúdico, otras en la disciplina. Cada una de esas decisiones educativas que tomamos se trasladan a los menores con un estilo determinado y con una biografía particular en la mochila de los padres y madres. Será la manera en la que el menor metabolice esas interacciones la que, ya de adulto, le lleven a sentir que “su infancia fue o no feliz”.

Los niños, a terapia

La infancia es una etapa clave en nuestra vida, ya que es cuando se construye la personalidad, desarrollamos una manera de relacionarnos con los demás y también se forjan las seguridades e inseguridades que después nos van a acompañar de adultos.

Sin embargo, esto no quiere decir que no puedan surgir dificultades en este proceso. María Sánchez nos explica cuáles son los problemas más frecuentes que atiende en consulta:

Depresión y ansiedad

Hay que tener en cuenta que la depresión infantil no funciona como la de los adultos. En los niños este problema psicológico se manifiesta a través de síntomas físicos como dolor de tripa, cabeza, irritabilidad, falta de interés por el juego o por el entorno y falta de energía. Como explica la experta consultada:

“En edades preescolares lo más significativo es la irritabilidad, fatiga, dolores frecuentes, llanto y ausencia de juego. En edades más avanzadas es más frecuente la tristeza, apatía, desinterés, baja autoestima y sentimientos de culpa. En la adolescencia se ve más a través de la puesta en marcha de conductas inadecuadas o agresivas que a veces se acompañan de consumo de drogas. En lo que respecta a la ansiedad, en la infancia aparece relacionada con miedos que se manifiestan en bloqueos”.

Cómo se tratan estos problemas en la consulta

Los psicólogos que trabajan con niños miran el síntoma como parte de algo más amplio. Dependiendo de la edad, tratan de acercarse al peque utilizando diversas vías, por ejemplo a través del juego o del dibujo.

Por supuesto, la familia es un elemento clave en el tratamiento del pequeño: “Nos acercamos a sus preocupaciones y sus heridas, pero es fundamental mirar el resto del núcleo familiar. A veces aplicamos psicoeducación, técnicas compensatorias de habilidades dañadas, otras veces instamos a reexperimentar la vivencia traumática y la asociamos a emociones menos intensas. Depende de las necesidades de cada caso. Lo que resulta clave es que tanto el paciente como la familia se sientan cómodos y confíen con su psicóloga”, explica esta experta.

Cuidar la salud mental de nuestros hijos

¿Y qué podemos hacer para que nuestros hijos crezcan felices? “Cuidar la conexión emocional con nuestros hijos”, responde la psicóloga. Y esto, que puede sonar complicado se traduce en mirarles a los ojos, escucharles, compartir tiempo con ellos, interesarnos por lo que les gusta y por lo que les preocupa, abrazarles, besarles, decirles que les queremos, que estamos orgullosos de ellos, aceptarles como son y hacérselo saber.

Pero también (y esto puede ser lo más difícil) aceptar lo que somos como padres y “mirar en la propia mochila lo que estamos cargando en la de nuestros hijos”.

Vía Vínculo Psicoterapia

En Bebés y más ¿Qué hacer si creo que mi hijo está deprimido?, El estrés infantil relacionado con desórdenes mentales en la edad adulta

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