Cuando está embarazada y tiene más ganas de tener relaciones sexuales que tú
Embarazo

Cuando está embarazada y tiene más ganas de tener relaciones sexuales que tú

Dicen los tópicos que los hombres siempre tienen más ganas de tener relaciones sexuales que las mujeres. La realidad es que no está muy claro que sea así y parece que todo responde al entorno, la educación y los inputs que niños y niñas reciben desde que son pequeños, en que los chicos tienen un papel más desinhibido con el sexo y las chicas uno un poco más íntimo, como si debieran esconder lo que piensan y sienten en referencia al sexo.

El caso es que los hombres dan por sentado que cuando la pareja ya se consolida y aumentan las responsabilidades y las rutinas, las relaciones sexuales van disminuyendo. Y no te digo nada si ella está embarazada: siempre nos han dicho que cuando está embarazada no va a querer tener sexo.

Sin embargo, hay ocasiones en que sucede todo lo contrario: cuando está embarazada y tiene más ganas de tener relaciones sexuales que tú.

Con todos los síntomas del embarazo no se te va acercar

Náuseas, vómitos, cansancio, que todo le huele mal, que todo le sabe mal... con todos los síntomas del embarazo piensas que te vas a tirar unos cuantos meses sin sexo y que bueno, quizás algún día le apetezca un poco. Pero entonces empiezas a pensar que a ver si eso va a ser negativo para el bebé, o te das cuenta de que el día en que explicaron la reproducción no fuiste a clase o te dedicaste a decir tonterías y reírte, y crees que podrías hacerle daño al bebé con tu pene.

Pero no. La naturaleza es lo suficientemente sabia como para prever que la mujer podría tener relaciones sexuales incluso embarazada y protege al bebé perfectamente. Podéis tener relaciones si los dos queréis. No es peligroso para el bebé.

Y hay parejas que apenas las tiene porque el deseo sexual ha disminuido mucho, y las hay que no paran, porque sucede lo contrario.

"Cariño, ¿eres tú?"

Que entras por la puerta y ya te está buscando... que "espera un momento, que dejo aquí las llaves; espera, que se va a caer el móvil. Pero, si ni siquiera me he duchadoooohhhh".

Y así por el día, y luego por la noche, y "espera que me pongo de este otro lado", "y vamos a probar esta otra posición", y "no, así no que ya me pesa la barriga y no puedo respirar", "espera que me pongo yo debajo", "espera que me pongo yo arriba", "mejor me pongo de lado".

Y cuando ya llevas un par de horas durmiendo, que estás agotadito y la tienes más roja que un pimiento, notas una mano que te acaricia y te ves diciendo algo que nunca creerías que dirías: "¿Otra vez? Cariño, no. No puedo más...".

Y así un día, y otro, y otro, y al siguiente no porque "mañana tengo ecografía y no sé si me va a meter el ecógrafo vaginal ese... imagina que me la hace así y dice que no ve nada porque hay semen, o yo que sé... Me da algo". Aunque a los 30 segundos te dice "oye, ¿no teníamos algunos condones en el cajón?".

Sexo en el embarazo y apetito sexual

Y venga, a por ello, a disfrutar; que mañana llegas echo polvo al trabajo pero con una sonrisa de oreja a oreja. Que piensas que esto debe ser algún tipo de adaptación de la naturaleza que hace que la mujer quiera unirse mucho más al hombre para que así, cuando el bebé nazca, los dos estéis como pareja mejor que nunca, más unidos que nunca, y podáis así cuidar juntos al bebé del mejor modo posible.

Pero... bueno, es hormonal, y a veces pasa lo contrario

El caso es que luego descubres que no parece una adaptación de esas, porque hablas con algún compañero del trabajo, de esos con los que tienes confianza, que te dicen "te veo más delgado, pero más feliz", y dices eso de "es que no paramos... todo el día dale que te pego".

Y se sorprende y pregunta: "Pero, ¿no estaba embarazada?". Y tú que le dices que sí, que "pues claro", que es desde entonces que está así.

Y entonces te confiesa que él se pasó nueve meses casi a dos velas, que podría contar con los dedos de una mano las veces que mantuvieron relaciones, y que con esa misma mano tuvo que ir tirando... "y alguna ducha fría, no te creas".

Y tan normal es una cosa como la otra: en el embarazo los cambios hormonales son enormes y provocan síntomas de todo tipo. Hay mujeres a las que esos cambios les hace disminuir las ganas de hacer el amor y hay otras a las que el apetito sexual se les pone por las nubes.

Si eres de los que tiene en casa a una mujer de las segundas, de las que hoy hablamos, tranquilo: déjate llevar, disfruta, aprovecha para vincularos más como pareja. Esto hará que seas más feliz y que ella también lo sea, y que vuestra relación esté probablemente mejor que nunca.

Además, el sexo es muy beneficioso en el embarazo porque prepara los músculos de la vagina para el parto, porque el semen ayuda a ablandar el cuello del útero para que la dilatación sea más efectiva y porque hace que la recuperación tras el parto sea mejor, entre otras cosas.

Si eres de los que tiene a una mujer de las segundas, habla con ella. Hablad de ello y buscad la manera de seguir cultivando vuestra relación y vuestro amor. Incluso buscad la manera de tener relaciones que sean satisfactorias para los dos sin forzarse a ello. A veces el bloqueo sucede por miedos, inseguridades o mitos (como el que hemos comentado de que se le puede hacer daño al bebé), y hablarlo puede hacer que encontréis la manera de estar juntos disfrutando de ello. ¿Sabíais que en el embarazo el orgasmo de la mujer es más intenso?

Foto | Rob Chandler, Lucía López Martínez en Flickr
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