"Hay muchos puerperios... como mujeres": entrevista a la psicóloga Gabriella Bianco (I)

"Hay muchos puerperios... como mujeres": entrevista a la psicóloga Gabriella Bianco (I)
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Siempre, cuando pienso en una entrevista, reflexiono sobre las cosas que yo habría necesitado saber cuando nació mi hijo y en las personas que mejor me las han enseñado durante todos estos años de descubrimientos, lecturas y relaciones personales con expertos en crianza, parto o psicología. Todas son especiales y me nutren, además de permitirme acercarme a personas fascinantes y sabias. Y hay veces, que por la intensidad del tema, entrevistándolas llego a llorar, como me ha sucedido esta vez. Bebés y más entrevista esta semana a la psicóloga Gabriella Bianco que nos habla sobre el puerperio y sus luces y sombras.

Gabriella Bianco nace y crece en Italia, en el seno de una familia de migrantes y entre culturas. Realiza sus estudios de Psicología y de Prevención Psicosocial y Promoción de la Salud en Alemania por la Freie Universität de Berlín, donde se especializa en psicología de género, de las migraciones y en psicotraumatología. En Alemania desarrolla su trayectoria profesional como psicóloga y psicoterapeuta con familias inmigrantes y supervivientes, refugiados y víctimas de tortura.Se sigue formando sucesivamente como coach, doula posparto y psicoterapeuta Gestalt.

Desde el año 2001 reside en España, donde se desarrolla profesionalmente como psicóloga perinatal, docente y ponente internacional. Es madre de un hijo, fruto de una relación de casi 17 años con su actual compañero de vida. Es, además, activista y miembro de numerosas asociaciones de usuarias y profesionales de la salud de género.

¿Existe un puerperio "normal" o común para todas las mujeres emocionalmente sanas?

Esta pregunta se podría contestar desde distintos puntos de vista: filosófico, cultural, psicofisiológico, salutogénico, clínico…¡es la pregunta del millón!

Y también es una pregunta que representa una “trampa” para alguien como yo, que se mueve en un continuum entre la psicopatología y la salutogénesis, tanto desde un punto de vista de los marcos teóricos que en la práctica psicológica y psicoterapéutica.

Te contestaría entonces hay muchos puerperios...como mujeres. Aunque está claro que existen experiencias compartidas, más o menos agradables, más o menos funcionales o saludables.

Si preguntáramos a las mujeres puérperas si su puerperio es un “puerperio normal” y que nos lo describieran, probablemente cada mujer tendría una respuesta y descripción distinta, cada una teñida de creencias y valores personales y culturales inherentes a la maternidad. Y la calidad de su sentir/vivir este momento dependería de muchos factores, entre los cuales su umbral de tolerancia a las crisis, su capacidad de afrontamiento al estrés, además de las estrategias de autorregulación emocional de las cuales dispone en el momento en el que se encuentra al transitar por el puerperio y/o a vivir su maternidad.

En cambio, un experto en Salud Mental (médico psiquiatra o psicólogo) con un enfoque clínico clásico y un ojo entrenado en reconocer y clasificar las patologías mentales, nos contestaría claramente que el “puerperio normal” sería un “puerperio que presenta ausencia de síntomas de depresión o de otra psicopatología”, remitiéndose a los instrumentos clásicos de clasificación, diagnóstico y evaluación de los trastornos mentales (DSM-IV, CIE-10).

A los psicólogos clínicos se nos forma para reconocer y tratar lo que se desvía de la normalidad; dar un giro a esta mirada supone un cambio radical de postura, que, a su vez, implica el esfuerzo dirigido a estudiar las ciencias de la salud, de promoción de la misma y de prevención.

Sin embargo, ¿existen sensaciones o pensamientos que son normales y no son una depresión?

El puerperio, así como otros momentos críticos en la vida de la mujer, es un momento de pasaje, de cambios (tanto en un plano físico, como psicosocial y emocional) que presenta nuevos desafíos y situaciones que pueden resultar nuevas y/o desconocidas.

La depresión en el posparto no es obligatoria. Cuando tenemos la capacidad de comprender lo que está ocurriendo en este momento de nuestra vida, disponemos de herramientas para interactuar con los acontecimientos en el puerperio y si logramos dar sentido a lo que la vida nos trae en este momento, entendiendo el sentido más profundo del entero proceso de la maternidad, entonces dispondremos de un buen “sentido de coherencia”, que nos permitirá vivir el puerperio de forma activa y con (más) salud.

Y de que depende tener o no tener un buen “sentido de coherencia”?

Según el Dr. Antonowsky, el sentido de coherencia se desarrolla y se regula en el Período Primal (desde la concepción hasta el primer año de vida). Si una mujer ha sufrido en su Período Primal experiencias de distrés prolongadas y no compensadas, sus sistemas se regularán sobre un alto nivel de cortisol y su capacidad de interacción con los acontecimientos vitales podrá verse fuertemente inhibida.

En este caso la mujer-madre desarrollará una tendencia a hiperreaccionar frente a acontecimientos aparentemente normales (el nacimiento de un hijo/a). En estas circunstancias es muy probable que no logre responder adecuadamente a los problemas que se le presentan y su estado de ánimo tenderá a la depresión.

Y como se mejora el “sentido de coherencia”?

Antonowsky habla de la posibilidad de modificar el sentido de coherencia a través de una buena adaptación a situaciones de crisis. Según su tesis podemos afirmar que la crisis (puerperio) nos brinda una gran oportunidad de crecimiento.

Konrad Lorenz apunta a la posibilidad de modificar el sentido de coherencia a través del aumento de las competencias, la creatividad y el apoyo externo que podamos recibir (psicosocial y/o profesional).

Algo similar afirma el Dr. Boris Cyrulnik, quien defiende la capacidad de resiliencia (capacidad del ser humano de sobreponerse a situaciones adversas o incluso salir fortalecido de las mismas).

Estos autores coinciden en que el crecimiento y la evolución tras una situación crítica se ve potenciado gracias al acompañamiento psicoterapéutico de la mano de un profesional experto y debidamente formado.

¿Cuando debería una mujer preocuparse por sentirse triste o desboradada ante su nueva maternidad?

Una maternidad no debería ser motivo de pre-ocupación. Y menos aún en una sociedad con un alto estándar de vida como la nuestra. El embarazo, el parto y la lactancia son eventos saludables y promotores de la salud femenina. Sin embargo es imprescindible considerar el como cada mujer transita este momento vital, dependiendo su salud de cómo ella se siente, al margen de los numerosos factores que rodean el embarazo, el parto y el puerperio.

¿Que factores influyen?

La calidad de la vivencia de la maternidad depende, entre otros, de la “mochila biográfica personal” (incluyendo el Periodo Primal de la mujer, sus recursos, su vivencia de la sexualidad, los eventuales abusos o agresiones sexuales y/o experiencias traumáticas que haya sufrido a lo largo de su vida, etc.), el parto (intervenido o por cesárea de urgencia, la calidad de la atención al parto, los factores ambientales que lo rodean, etc.), su relación de pareja así como la presencia de una red familiar y social estable, su situación laboral y geográfica así como los aspectos culturales, de valores y creencias con respeto a la maternidad, la lactancia, los modelos de crianza y el apoyo recibido por los profesionales de la salud a lo largo de todo el proceso de maternidad.

¿Cuando preocuparse u ocuparse?

Es importante que la mujer empiece a ocuparse muy especialmente de su salud mental cuando, más allá de las primeras semanas tras el nacimiento del bebé y a lo largo de su primer año de vida siente una tristeza profunda y persistente, la sensación de estar permanentemente agobiada, irritable, ansiosa, si registra cambios considerables en su apetito y necesidad de sueño o si se siente emocionalmente distante, cansada e impaciente con el bebé, dolida física y psicológicamente por las secuelas del parto, o siente culpabilidad, incomprensión.

En este caso se recomienda pedir ayuda profesional para una valoración de la situación y evitar banalizar los que podrían ser los síntomas de una depresión posparto, que puede convertirse en crónica al quedar desatendida.

Hemos seguido hablando largamente, profundizando en el alma de la madre reciente, de sus razones y sus temores, y creo que muchas de nuestras lectoras podrán verse reflejadas en lo que hemos hablado. Mañana publicaremos la segunda parte de esta entrevista a la psicóloga Gabriella Bianco.

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